Cuarenta tumbas de soldados alemanes de la I Guerra Mundial fueron profanadas en la noche del sábado en un cementerio militar de Saint-Etienne-à-Arnes, cerca del lugar en el que el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebrarán el aniversario de la reconciliación franco-alemana.
El ministro francés del Interior, Manuel Valls, tachó de "intolerables" esos actos e indicó que se abrió investigación y se desplegaron todos los medios para encontrar a los responsables "de esa degradación insoportable".
El suceso se produjo la víspera de que Hollande y Merkel se reúnan este domingo en Reims, a unos 40 kilómetros de ese lugar, para festejar esa reconciliación, que más de 17 años después del final de la II Guerra Mundial se selló oficialmente con una visita del canciller Konrad Adenauer a Francia del 5 al 8 de julio de 1962.
Ese último día, al igual que harán este domingo Hollande y Merkel, el canciller y el general Charles de Gaulle asistieron a una misa en la catedral de Reims, mientras que dos meses más tarde el francés le devolvió el gesto con una visita oficial a Alemania.
El comunicado difundido por Interior indicó que Valls ordenó a la prefectura de Ardennes que se deposite un ramo de flores en el lugar de la profanación, un cementerio que se extiende sobre más de cuatro hectáreas y en el que reposan los restos de más de 12.000 soldados alemanes que fallecieron durante la primera contienda (1914-1918).
"No sabemos si se ha debido a la ceremonia prevista este domingo o si ha sido una chiquillada. Nunca hemos tenido este tipo de problema pese a que este cementerio existe desde el periodo de entreguerras", indicó el alcalde de la ciudad, Gilles Colson, en unas declaraciones recogidas por la edición digital de Le Progrès.
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