La amenaza de Estados Unidos de ampliar los ataques contra el grupo extremista Estado Islámico a Siria no tiene el camino despejado. El Gobierno del país árabe y Rusia, su poderoso aliado, responden que no tolerarán ese "agresión".
Tras la decisión del presidente Barack Obama de extender los bombardeos aéreos y de armar y entrenar a grupos rebeldes sirios con ayuda de la coalición de 10 países occidentales, parecía que no había resistencia a la ofensiva.
Pero ayer el portavoz de la Cancillería rusa, Alexandr Lukashevich, advirtió que su Gobierno calificará de "acto de agresión" cualquier ataque aéreo de Estados Unidos contra los grupos yihadistas en territorio sirio. "El presidente (Obama) habla de la posibilidad de atacar posiciones de Estado Islámico en Siria sin el consenso del Gobierno legítimo (sirio). Este paso sin autorización del Consejo de Seguridad sería un acto de agresión".
La misma advertencia de considerar una agresión la intervención en su país hizo el ministro sirio de Reconciliación Nacional, Ali Haidar. "No queremos que el Estado Islámico se convierta en un caballo de Troya para nosotros".
En Siria, el Estado Islámico domina la provincias de Al Raqa, Deir al Zur, Alepo, Homs y Al Hasaka.
A juicio de expertos en la conflictiva región del Oriente Próximo, el anunció de Obama de una ofensiva militar "amplia y en todos los rincones" contra el grupo yihadista no es percibido solo como una cruzada contra un grupo fundamentalista que genera terror, decapita periodistas y amenaza con exterminar minorías étnicas y religiosas.
Intereses cruzados
Para Julián Arturo Zapata, director del Centro Cultural Islámico de Colombia, armar y entrenar a los rebeldes sirios responde más a los intereses geopolíticos de Estados Unidos. "Los rusos y sirios saben que Estados Unidos quiere derrocar el régimen de Bachar al Asad y no van a querer que una intervención militar los fortalezca contra el Gobierno de Siria".
Zapata agrega que las grandes reservas de gas son un recurso en juego así como zonas petroleras de Irak.
Además, destaca como "contradictorio que países árabes, en especial los saudíes que han financiado al Estado Islámico, son presionados por la diplomacia estadounidense para sumarse a la coalición".
Incluso, aunque aceptan que ataques aéreos de Estados Unidos los ayudaría en su resistencia contra los yihadistas, los líderes rebeldes sirios tienen reservas. Así lo reconoció a la agencia de noticias Efe el general de Ejército Libre Sirio, Ahmad Rahal: "Washington no tiene ningún interés en Siria y su objetivo real es proteger Irak y sus pozos petroleros".
Los ataques aéreos de Estados Unidos contra los yihadistas continuaron ayer en Irak.
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