La semana pasada realizaba el ejercicio de predecir, según las tendencias actuales, lo que podría pasar en el escenario político nacional en el 2013. En esta segunda parte, quisiera hablar sobre algunos eventos que podrían determinar el escenario mundial en el próximo año.
En primer lugar, se pone a prueba la recién electa nueva dirigencia china. El presidente Xi Jinping se inaugura con las cada vez más modestas perspectivas económicas del gigante asiático. En efecto, la reducción en el ritmo de urbanización de la sociedad china ha llevado a que el consumo de materias primas se reduzca y las inmensas inversiones que realizaba el gobierno en infraestructura sean cada vez menores.
Por otro lado, el Medio Oriente seguirá cargado de tensiones y conflictos. En Siria, el presidente Bashar al-Assad perderá cada vez más terreno frente a las fuerzas rebeldes, mientras la tentación de utilizar su arsenal químico aumenta y la presión internacional para intervenir más activamente gana popularidad en Europa y Estados Unidos.
En Egipto, el presidente Morsi seguirá luchando por consolidar su poder; el 2013 será el año en que su gobierno se decida por el camino de la renovación democrática o decaiga en una nueva versión del régimen del derrocado Hosni Mubarak.
Mientras tanto, Europa seguirá internándose cada vez más en las difíciles aguas de la inestabilidad política y decadencia económica. Así, con la profundización de las medidas de austeridad y el estancamiento de la calidad de vida, la confianza pública en los partidos políticos tradicionales se extinguirá, creando espacios para alternativas, incluso extremas, del espectro político europeo.
África continuará su inesperado crecimiento económico, mientras los desafíos en salud y pobreza son atendidos efectivamente por primera vez en décadas y los conflictos armados siguen extinguiéndose bajo el mando de las misiones de la Unión Africana y la ONU.
La caída en la demanda por materias primas reducirá las perspectivas económicas de los países latinoamericanos, aunque un crecimiento del mercado interno gracias a la nueva clase media amortiguará bastante esta caída. En política, los problemas en Venezuela y Argentina podrían llevar a giros en sus inclinaciones políticas, aunque la izquierda superviva dentro de un continente que nunca dejará de ser diverso en corrientes ideológicas.
Finalmente, Estados Unidos profundizará su retirada del mundo. Renovadas reservas energéticas, permanente crisis económica y mayor polarización política llevarán a un gobierno estadounidense más aislacionista; obsesionado por la política interna.
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