Un incendio en un equipo entre dos subestaciones eléctricas dejó sin luz entre la noche del pasado jueves y la madrugada de este viernes a los nueve estados del nordeste de Brasil, a Brasilia, la capital, y a numerosos municipios en dos estados de la región norte, informaron fuentes oficiales.
El apagón afectó a los cerca de 53 millones de habitantes de los nueve estados del nordeste, región en la que vive casi la cuarta parte de la población brasileña.
El problema se extendió al Distrito Federal de Brasilia y a algunos municipios de los estados de Pará y Tocantins.
Fue la segunda vez en los últimos 35 días que un apagón afectó las mismas regiones, y las autoridades, que hasta ahora no aclaran totalmente las causas del problema ocurrido el pasado 22 de septiembre, se apresuraron a atribuir la nueva interrupción del servicio a un incendio.
Portavoces del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) indicaron que el apagón de esta madrugada fue ocasionado por un incendio en un equipo entre las subestaciones de Colinas, en el estado de Tocantins, e Imperatriz, en el estado de Maranhao.
Estas dos subestaciones son estratégicas para el sistema que interconecta las redes eléctricas del norte y del nordeste de Brasil con las del sur y del sudeste, en donde se origina la mayor parte de la energía generada por el país.
De acuerdo con el ONS, el incendio ocurrió poco antes de la medianoche del jueves y el problema fue resuelto cuando los técnicos pudieron restablecer el flujo por las principales líneas cortadas.
Las diferentes distribuidoras, sin embargo, tardaron un poco más para colocar en funcionamiento las líneas secundarias, por lo que el apagón fue de sólo dos horas en algunos municipios y de hasta cuatro horas en otros.
Además de los dos apagones en la región nordeste en 35 días, otro de media hora afectó parte de las regiones sur, sudeste y centro-oeste el pasado 3 de octubre.
El ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, descartó entonces que los recurrentes problemas en el suministro de energía en el país sean los mismos que obligaron al Gobierno del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso a adoptar un régimen de racionamiento eléctrico entre 2001 y 2002.
En la época la falta de inversión en la generación de electricidad y el crecimiento del consumo provocaron una demanda de energía que el país no tenía condiciones de satisfacer.
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