Los mercados de valores son algunas de las instituciones fundamentales para el desarrollo económico y social de las naciones. Se podría decir: dime qué tipo de Bolsa de Valores tienes, y te diré qué país vas a tener en diez años. La razón está en que los países logran transformarse cuando su sector empresarial se moderniza, expande e inserta en los mercados globales. Mientras más cerradas son las empresas y menos activos son los mercados de capital, menores son las posibilidades de crecimiento.
En la década de los años veinte del siglo pasado, los pioneros de la industrialización antioqueña y colombiana comprendieron el valor trascendental que tenía la formación de un mercado accionario para el desarrollo equilibrado e incluyente de una sociedad capitalista y democrática. Durante décadas esto fue una realidad.
Desafortunadamente, a partir de los años setenta Colombia se convirtió en un ejemplo claro de un país que se ancló en el subdesarrollo con crecimientos muy lentos y una alta concentración de la propiedad. Varias de las empresas pioneras en la formación del mercado de valores fueron capturadas con maniobras cuestionables y sacadas de la Bolsa o reducidas a la participación simbólica o nominal en el mercado. El resultado no fue nada positivo y el poder de algunos grupos económicos llegó incluso a comprometer el sano ejercicio de la democracia.
Desde comienzos de los años noventa la economía empezó un proceso progresivo de transformación y modernización, uno de cuyos frentes fue el del Mercado de Valores. Hoy la Bolsa de Valores de Colombia es una institución de 80 años que es garantía de eficiencia y transparencia para los inversionistas y las empresas del país y, de manera más discreta y poco conocida, es la garante de que se tengan mecanismos de mercado justos y transparentes para realizar transacciones y valorar los fondos que respaldan las pensiones de todos los colombianos, o los dólares que entran por exportaciones.
Dentro de lo que ha sido la evolución histórica de la Bolsa, es importante reconocer el papel que han jugado las compañías del Grupo Empresarial Antioqueño. Durante muchos años fueron casi unos actores solitarios defendiendo un esquema de propiedad que había sido sujeto de abuso por especuladores. Hoy en día, los resultados respaldan el esfuerzo realizado. Tanto la Bolsa como las empresas que le apostaron a ella con fe, son ejemplo y bastión de la economía.
En los últimos años, el ingreso de nuevos títulos valores, fruto de procesos de democratización, ha dinamizado y fortalecido el mercado. Las exitosas emisiones de ISA, ETB, Isagen y Ecopetrol, han generado confianza en los ahorradores e inversionistas, y para las empresas se ha abierto una posibilidad importante de capitalización para apalancar su crecimiento. La Bolsa seguirá siendo una institución fundamental para el país, y podemos decir que con ella construiremos un país próspero, justo e incluyente.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
