Por esas paradojas de la vida, trágicas además, el subintendente de la Policía, Said Alfonso Alfaro, de 32 años, murió en su ley, combatiendo el crimen y dejando un legado de trabajo decente y de compromiso con el país. Ayer iba a ser condecorado por el Comandante de la Policía de Sucre por su coraje y dedicación, pero dos delincuentes se le atravesaron en el camino, el viernes pasado, cuando el uniformado iba hacia su casa y llevaba un computador portátil, que no se dejó robar.
Said era el jefe antiatracos de la Policía y había puesto en la cárcel a un gran número de delincuentes, pero su muerte fue una fatal coincidencia. Los ladrones, que no sabían quién era la víctima, lo interceptaron llegando a su residencia, y el subintendente los enfrentó. Hirió a uno de ellos y el otro fue capturado. Qué ironías las de la vida.
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