<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La pírrica condena contra un padre que violó durante 22 años a su hija

  • FOTO ARCHIVO
    FOTO ARCHIVO
30 de diciembre de 2017
bookmark

Un hombre que convirtió a su hija en una especie de “esclava sexual”, la violó durante 22 años y la hizo madre ocho veces, fue condenado esta semana a 12 años y 8 meses de cárcel por un tribunal argentino.

Bautizado por otros presos en la cárcel como “El monstruo de Villa Balnearia”, fue condenado por “abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante por el vínculo”.

Tras un juicio de dos meses, el tribunal de la provincia de Santiago del Estero (norte) dio a conocer esta semana la sentencia contra Domingo Bernardino Bulacio, alias “Bernacho”, según el fallo.

El acusado se negó a declarar en las audiencias, en las que testificaron medio centenar de personas, entre ellas familiares del imputado, que lo defienden.

Bulacio fue detenido en enero de 2016, luego de que la víctima contara los vejámenes a los que era sometida ante un grupo de médicos comunitarios, después de que uno de sus ocho hijos hablara de la situación.

Tras confirmarse la paternidad de los ocho hijos de la víctima, Bulacio, que estuvo 45 días prófugo, fue arrestado y quedó detenido en un penal de Santiago del Estero, 1.200 km al norte de Buenos Aires.

La mujer de más de 30 años, de nombre Antonia, quedó a cargo de sus ocho hijos, con los que vive en una vieja casa en condiciones de extrema pobreza y donde además sufrió violentos ataques por parte de familiares de su padre, según la prensa local.

En declaraciones al diario El Liberal de Santiago del Estero, Antonia contó que su calvario comenzó en 1992 cuando tenía siete años y fue abandonada por su madre, que le dijo: “Arreglátelas como puedas”.

Dos años después empezaron los vejámenes, pero “como era mi padre, no sabía qué era, pero sé que no me gustaba y él me pegaba”, confesó.

“No me mandó a la escuela, no podía tener amigos, jamás me llevaron a una plaza o me regalaron unas zapatillas nuevas”, agregó.

Según la mujer, otros parientes del hombre “hacen lo mismo con sus hermanas e hijas”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD