viernes
7 y 9
7 y 9
Con decenas de miles de personas aún consideradas en riesgo de un desastre natural, y una crisis política interna que sume en el caos las calles de Puerto Príncipe, Haití cumplió ayer cinco años del terremoto que dejó 316.000 muertos, 350.000 heridos y 1,5 millones de personas sin hogar.
El 12 de enero de 2010, el país más pobre de las Américas quedó casi completamente destruido e indefenso ante la catástrofe, lo que levantó la alerta mundial por su recuperación. No obstante, a cinco años, la situación no mejora en muchos frentes.
Uno de ellos es el de los refugiados, que continúan en situación precaria en cuanto alimento y resiliencia. Se calcula que 80.000 siguen sin hogar y dependientes de campos de desplazados. Estos están considerados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, como la población en mayor riesgo en caso de un nuevo desastre natural.
Máxime si sus condiciones de vida son de las más precarias para los haitianos. Tal como trascendió de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (Echo) de la Comisión Europea, sus tasas de desnutrición “superan los límites de lo que se considera una emergencia”.
Por otra parte, las condiciones sanitarias son poco menos que alarmantes. “En junio de 2014, solo el 67 por ciento de los residentes en campos tenía acceso a letrinas y el número de personas que por promedio las usaban era de 82, es decir, una letrina por cada 82 personas”, aseguraron a Efe fuentes del departamento humanitario europeo.
Pero el PMA va mucho más allá, y asegura que “incluso un evento de impacto moderado puede traer hambre a una persona simplemente porque vive en la pobreza. Hoy, tres millones de haitianos no saben dónde obtendrán su siguiente comida”.
Al tema de la inseguridad alimentaria se suma una fuerte crisis política que golpea el país. Gobierno y oposición no se ponen de acuerdo para realizar elecciones legislativas, aplazadas desde hace cuatro años, por lo que las protestas contra el presidente Michel Martelly han vuelto a sumir en el caos a las localidades del país.
Ayer se dio una señal esperanzadora. Martelly alcanzó acuerdos con los cuatro principales partidos de Haití para destrabar las tablas políticas y convocar a elecciones. Esto incluye la aprobación de una resistida reforma electoral.
“A través de este acuerdo, estamos seguros de lograr la normalización de la situación política en el país”, dijo Martelly en rueda de prensa, sin ofrecer más detalles.
Más vale que esto sea así porque, tal como apuntó la alta representante de la UE, Federica Mogherini, el mundo sigue esperando que, “a cinco años tras la terrible catástrofe, Haití pueda por fin avanzar de manera unida”.