Hoy, antes de que comenzara la cumbre de los líderes más poderosos (el G7) en Taormina, sur de Italia, Donald Trump tuvo un encuentro con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y le dijo: “el problema norcoreano será resuelto”.
Y es que el incremento del arsenal nuclear de ese país y su amenaza al vecino Corea del Sur, a Japón y a Estados Unidos tiene en alerta al mundo. El mismo John Loretz, director de Programa de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra, dice que si bien hay conflictos armados activos mucho peores en el mundo en este momento, “los problemas en la península coreana requieren atención urgente si queremos prevenir un conflicto nuclear en el corto plazo”.
Loretz argumenta que la escalada nuclear es una respuesta directa a la prolongada relación de disuasión nuclear entre Estados Unidos y Corea del Sur, y a la amenaza que Pyongyang siente de las armas nucleares estadounidenses. “Podemos observar un patrón de décadas en Corea del Norte que acentúa su retórica y demostraciones de fuerza militar cada vez que se siente más amenazado, como lo hace ahora como resultado de declaraciones muy provocativas por Donald Trump y sus asesores militares”, añade el experto.
No en vano, el tema de los últimos ensayos con misiles balísticos por parte de Corea del Norte está como prioridad en la reunión de hoy de los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), que esperan que China, el único aliado de Corea del Norte, logre una negociación con Pyongyang en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Se alista iniciativa para prohibir armas nucleares
Paralelo a las advertencias y sanciones, un panel que involucra a 130 países en la ONU acaba de presentar un borrador de lo que podría ser un tratado para prohibir las armas nucleares.
Según reza el documento, los estados se comprometen a nunca desarrollar, producir, fabricar, adquirir, poseer, transferir, recibir, almacenar, probar o utilizar armas nucleares o explosivos, y a prohibir cualquier estacionamiento, instalación o despliegue de armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares en sus territorios o en sus jurisdicciones.
Si bien ninguno de los nueve países que posee armas nucleares (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, China, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel) participó en la redacción de este documento, su camino hacia ser vinculante no está perdido. El 15 de junio se realizará una votación en la sede de Nueva York del organismo que podría llevar a su aprobación el 7 de julio.
Al respecto, Beatrice Fihn, directora de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, dijo: “El proyecto de lenguaje es fuerte y prohibe categóricamente las armas nucleares. La presidenta de las negociaciones, la embajadora de Costa Rica en la Onu, Elayne Whyte Gómez, ha recogido los elementos clave. Y mientras esperamos el debate sobre el texto a medida que avance este proceso, estamos seguros de que constituye una buena base para la adopción de un tratado antes del 7 de julio”
Para Fihn, las armas nucleares son “éticamente inaceptables en el siglo XXI”, y con la intención de matar indiscriminadamente a civiles, esta tecnología de los años cuarenta está poniendo en peligro a innumerables vidas. “Su existencia continua socava la credibilidad moral de todos los países que dependen de ellos. Un tratado para prohibirlos, como un primer paso hacia su eliminación, tendrá un impacto real y duradero”, considera.
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