Hoy y mañana los portugueses podrán despedirse del hombre que llevó a su país a la modernidad y al luso que más apoyó el proyecto europeo.
Mário Soares falleció el sábado a sus 92 años, después de haber dirigido las riendas de Portugal por una década, entre 1986 y 1996, justamente cuando su nación ingresó a las instituciones europeas.
Desde 1976 y hasta 1985 ejerció en varios momentos como primer ministro. Por eso su influencia en la vida económica y social del país es tan marcada y hoy sus compatriotas y varios dirigentes del mundo exaltan su legado, que el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, calificó como inmortal.
“Mário Soares hizo una contribución clave para hacer irreversible el proceso de democratización. Un proceso que se extendería por todo el sur de Europa y que puso a Portugal, así como a España y a Grecia, en el camino del acceso a la Unión Europea, un ancla para esos valores democráticos”, subrayó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
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