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Honduras se prepara para extraditar a su expresidente, Juan Orlando Hernández, a Estados Unidos. Menos de 24 horas después de que la justicia norteamericana solicitara la captura y extradición de Hernández, que llegó en la noche del lunes, las autoridades del país centroamericano aceptaron el requerimiento.
Todo sucedió en medio de un martes convulso para Honduras: en la mañana el Poder Judicial designó a un “Juez Natural” encargado de estudiar la solicitud que acababa de ser remitida por la Casa Blanca y, en cuestión de horas, este aceptó comenzar el trámite.
Momentos después del visto bueno de la justicia al requerimiento de Estados Unidos, Juan Orlando Hernández fue capturado en su casa en un operativo liderado por miembros de la Policía que custodiaron la vivienda durante horas.
El exgobernante fue esposado de manos y pies frente al portón de entrada de su residencia. Hernández salió de su casa cubierto con una gorra azul y mascarilla del mismo color pasadas las 2 de la tarde, hora local, y de inmediato, policías le colocaron un chaleco antibalas.
Luego fue subido a un vehículo blindado, de varios de una caravana, y llevado a una unidad de la Policía Nacional donde estaría rindiendo su primera declaración preliminar, como parte del proceso judicial sobre extradición.
Con esto, Honduras alista un operativo para detener al exmandatario quien apenas el pasado 27 de enero dejó la Presidencia. Juan Orlando Hernández será detenido por la Policía para su posterior traslado a Estados Unidos, donde es requerido por corrupción y narcotráfico.
Su hermano Tony Hernández está preso en ese país y en su contra pesa una cadena perpetua por los mismos delitos.
La Secretaría de Seguridad de la nación centroamericana será la encargada de coordinar todo el proceso para gestionar la extradición del expresidente: ya fue capturado y en un plazo de 24 horas sería presentado ante el juez competente para continuar el trámite en los estrados judiciales.
Según el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, Hernández permaneció durante todo el día en su casa con su familia, en la zona residencial exclusiva San Ignacio, en el oriente de Tegucigalpa, donde se congregaron cientos de personas para respaldar al exmandatario. Sabillón fue el encargado de liderar todas las gestiones para su captura.
La casa de Hernández estuvo rodeada por efectivos de la Fuerza Pública desde el lunes por la noche, centenares de policías y militares provistos de fusiles automáticos.
El supremo hondureño designó al juez Edwin Ortéz para que conociera de la solicitud hecha el lunes por Estados Unidos, que acusa a Hernández de narcotráfico y uso y tenencia de armas.