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Las disputas geopolíticas con Rusia tocan la puerta de Latinoamérica

  • Jair Bolsonaro viajó a Rusia para reunirse con Vladimir Putin. FOTO: EFE
    Jair Bolsonaro viajó a Rusia para reunirse con Vladimir Putin. FOTO: EFE
  • El 14 de febrero el Gobierno de Colombia sostuvo una reunión con la OTAN en Bruselas. Asistieron el secretario Jens Stoltenberg e Iván Duque. FOTO: Cortesía
    El 14 de febrero el Gobierno de Colombia sostuvo una reunión con la OTAN en Bruselas. Asistieron el secretario Jens Stoltenberg e Iván Duque. FOTO: Cortesía
19 de febrero de 2022
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Latinoamérica entra en la disputa de las potencias. Mientras en Europa del Este Rusia, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea mueven sus fichas para la “inminente” invasión a Ucrania de la que alertó Occidente desde noviembre de 2021, en la región el Kremlin y la Casa Blanca se aseguran a sus aliados para lo que podría resultar en un nuevo orden mundial.

La movida geopolítica va más allá de la ya conocida relación de Cuba, Nicaragua y Venezuela con Vladimir Putin, o las cercanías de vieja data de Colombia con Estados Unidos. En un 2022 de tensiones diplomáticas, el Kremlin se acerca a Brasil y Argentina, al tiempo que Washington afianza la relación con los aliados tradicionales.

La imagen de Jair Bolsonaro en Moscú retratando un cercano apretón de manos con su homólogo ruso es más que un encuadre para reseñar otra cumbre de las tantas que celebran los mandatarios del mundo. Tampoco lo es la de Alberto Fernández conversando estrechamente con Putin.

Mientras que en las fotos que comparte la Presidencia rusa de Putin con Emmanuel Macron (de Francia) u Olaf Schloz (de Alemania) les muestran separados por una mesa amplia en la que parece que tendrían que gritar para poder escucharse, las del mandatario con Bolsonaro y Fernández los exhiben tan cercanos como con sus aliados de Bielorrusia o China.

El presidente brasileño se dio golpes de pecho ratificando que su país es el “principal socio comercial de Rusia en Latinoamérica y el Caribe”, afirmó que logró afianzar –más– las relaciones comerciales y hasta enlistó a su nación en la estrategia de la Ruta de la Seda de China.

“Vladimir Putin busca posicionarse como líder de un intento de cambiar el mundo y las reglas internacionales. Por primera vez en Latinoamérica estamos entendiendo que las cosas no van a pasar solo lejos de nuestras casas, esta crisis se acerca a la región a la velocidad de una avión supersónico”, sentencia el analista ruso Vladimir Rouvinski, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Icesi.

Desde la Patagonia hasta México, la Casa Blanca ha tenido a las Américas como su histórica zona de influencia, el patio trasero. Un relato semejante al que intenta Rusia con los exintegrantes de la Unión Soviética de Europa del Este, como Georgia y Ucrania.

Justamente, esos dos últimos son los protagonistas de las recientes incursiones de la Casa Blanca en esa región que tanto busca Joe Biden y que alertan a Vladimir Putin. Así como Washington se aproxima más al espacio de uno de sus contrincantes globales, Moscú hace lo suyo en Latinoamérica.

El 14 de febrero el Gobierno de Colombia sostuvo una reunión con la OTAN en Bruselas. Asistieron el secretario Jens Stoltenberg e Iván Duque. FOTO: Cortesía
El 14 de febrero el Gobierno de Colombia sostuvo una reunión con la OTAN en Bruselas. Asistieron el secretario Jens Stoltenberg e Iván Duque. FOTO: Cortesía

El vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, puso sobre la mesa el envío de tropas rusas a Cuba y Venezuela si hay una escalada en Europa del Este, una posibilidad que Nicolás Maduro en Caracas aprovecha para ofrecer “todo su apoyo” al Kremlin.

Y Colombia también va entrando en esa retórica. El presidente Iván Duque respaldó desde su gira por Europa las sanciones de la comunidad internacional contra Rusia por la crisis con Ucrania y se aseguró que el país quedara como uno de los enclaves de la Alianza Trasatlántica en la región tras su reunión con Jens Stoltenberg, el secretario general de ese grupo, del pasado 14 de febrero.

“Todos los países del mundo deben ser libres para ejercer su soberanía y para decidir si quieren unirse a la OTAN, de manera libre, y también deberían poder decidir de qué manera quieren volverse miembros de la OTAN y que puedan participar según la Carta de la OTAN; ninguna nación puede hacer presión sobre ningún otro país para que no cumpla con su derecho soberano de unirse a esta Organización tan importante”, consideró Duque.

El mandatario agregó que “nosotros apoyamos de manera decidida la integralidad del territorio ucraniano y también hemos dicho que si llegara a haber cualquier tipo de acción contra esa integralidad territorial vamos a unirnos a la comunidad internacional respecto a todas las sanciones que se den en su momento”.

Dos días después del encuentro de Duque con Stoltenberg, el presidente del Comité de Exteriores del Senado de Estados Unidos, el demócrata Bob Menéndez, presentó un proyecto de ley para declarar a Colombia como aliado estratégico de Estados Unidos fuera de la OTAN, un estatus superior al que por ahora tiene el país, de socio.

Precisamente, Colombia es el socio más nuevo de la OTAN y fue el primero de Latinoamérica en conseguir ese rango. El Estado se acercó a esa Alianza en 2017 y desde entonces la OTAN otorga asesoría para el mejoramiento de las Fuerzas Militares. En contraparte, desde el país aportan su experiencia en desminado.

Esos movimientos que van de América a Europa dejan en evidencia que las tensiones geopolíticas de Estados Unidos y Rusia tocan la puerta de una Latinoamérica en desarrollo.

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