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Los miedos que tenían diversos sectores tras el ascenso de Pedro Castillo al poder en Perú parecen estar confirmándose, al menos parcialmente. El primer ministro del gobierno, Guido Bellido, lanzó una amenaza que ha puesto a tambalear al mercado y se ha llevado también la estabilidad del propio gobierno nacional.
En un tuit, Bellido amenazó recientemente al consorcio Camisea que explota el yacimiento de gas más importante del país de la nacionalización si no renegocia “el reparto de utilidades a favor del Estado”. La propuesta fue recibida por el mercado con una máxima histórica del dólar.
La moneda estadounidense alcanzó un pico máximo de 4,127 soles. De inmediato, y ante un escenario de tanta volatilidad e incertidumbre, fue al propio Castillo al que le tocó salir a rectificar a su segundo hombre. “En este gobierno del pueblo, estamos comprometidos con llevar gas barato a todos los peruanos. Cualquier renegociación se dará con respeto irrestricto al Estado de derecho y velando por los intereses nacionales. El Estado y el sector privado trabajando juntos por un Perú mejor”, dijo vía Twitter.
Los choques entre el presidente, parte del gabinete y el primer ministro, son cada vez más usuales. En esta ocasión fue tan evidente que desde el Congreso se señaló la “confusión” que generan entre los peruanos los mensajes de las dos principales figuras del gobierno. “Los mensajes contradictorios y cualquier amenaza de nacionalización generan confusión y ahuyentan las inversiones”, criticó la presidenta del legislativo, María del Carmen Alva. Bellido ha sido protagonista de las recientes crisis del gobierno de Castillo.
Su solo nombramiento a inicios de este año como primer ministro provocó el desconcierto del sector moderado que acompaña a Castillo, que amenazó con sumar los votos para negar la confianza que el Congreso debía otorgar (y finalmente otorgó con apretada votación) al gabinete.
Bellido es la mano derecha de Vladimir Cerrón, el fundador del partido gobernante Perú Libre a quien se le atribuyen visiones radicales de izquierda. Los peruanos no parecen estar confiando mucho en la gestión del Gobierno.
Una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos difundida a finales de septiembre pasado cifró la popularidad del presidente Castillo en un 40%, mientras un 42% de la población desaprueba su liderazgo al frente del país