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Las encuestas dicen que Biden gana, ¿son confiables?
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El candidato demócrata, Joe Biden, es el favorito en las encuestas para ganar la presidencia de Estados Unidos este 2020. FOTO EFE
19 de octubre de 2020
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Quedan dos semanas para las elecciones presidenciales de Estados Unidos y hasta ahora (19 de octubre) los sondeos muestran al demócrata Joe Biden como ganador, tanto del sufragio popular como de los votos electorales, que son los que realmente suman al momento de definir quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.
Los estudios de IBD, YouGov, The Hill, Reuters, Quinpac University, solo por nombrar algunos, apuntan a que el exvicepresidente de 77 años llevará la delantera al republicano Donald Trump en la cantidad de sufragios que recibirá, el próximo martes 3 de noviembre. Algunas, incluso, le dan al demócrata más de 10 puntos de ventaja sobre su oponente como la de la cadena NBC. De hecho, la de USC va más allá y le asigna 12 puntos porcentuales de diferencia.
El panorama es similar con los votos electorales. El análisis que hace Real Clear Politics indica que Biden tiene asegurados unos 216, mientras que calculan que Trump contaría mínimo con 125. Así las cosas, quedan 197 votos electorales en disputa, de los 538 con los que cuenta el Colegio Electoral de Estados Unidos. Vale anotar que ese sistema consiste en asignar un valor a cada Estado en función de su población y el candidato que gane en cada localidad se quedará con el peso total que esta tiene.
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La de Quinnipiac University Poll es otra de esas encuestas que muestra al demócrata como ganador de las elecciones presidenciales. El director de ese estudio de carácter independiente, Doug Schwartz, relata que Biden ha estado liderando todos los sondeos nacionales este año, a pesar de las diferentes coyunturas que ha tenido el país como el coronavirus, las protestas contra la violencia policial hacia los afrodescendientes, el juicio político a Trump, la nominación de la nueva jueza de la Corte Suprema de Justicia y difícil situación de la economía.
“Una encuesta es una imagen de un momento del tiempo, tiene un margen de error y cuando son hechas por las campañas buscan favorecer a sus candidatos”, afirma Schwartz. Por eso hay que revisar quién financia el estudio, durante cuántos días se hizo, cuál fue la muestra que se utilizó y en qué lugares se aplicó. En Estados Unidos, por ejemplo, realizar un análisis de este tipo en Nueva York y Alabama traerá resultados diferentes, por las tendencias políticas de su población.
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Ese margen de error del que habla el director de Quinnipiac University Poll es de 3 puntos, para el caso de la pesquisa que él dirige, que indica que Biden se quedaría con el 52 % de los sufragios, mientras Trump tendría el 42 %. Cuando se leen esos números, no hay que olvidar lo que dice el experto: una encuesta muestra cómo estaba la opinión ciudadana en un contexto específico de la campaña y esa intención de voto puede cambiar en cuestión de días si ocurre una noticia importante en el país.
Otro factor que permite analizar la tendencia de los sondeos es cómo está la imagen de los candidatos en los battleground states (Estados en disputa), que son los que no tienen una huella marcada hacia demócratas o republicanos. “Estamos viendo que Biden está subiendo su liderazgo en los battleground states como Florida y Pennsylvania”, afirma el director de Quinnipiac University Poll. En Florida tiene once puntos de ventaja sobre Trump; en Pennsylvania, trece; en Ohio, uno, y en Georgia, siete.
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El antecedente más claro de que las encuestas no son definitorias es que en las elecciones presidenciales de 2016 se creía que Hillary Clinton sería la primera mandataria del país, pero Trump se quedó con la Casa Blanca. Aún hay citas importantes en la campaña de cara al 3 de noviembre, como el debate presidencial de este jueves 22 de octubre, la confirmación de la nominada de Trump como jueza de la Corte Suprema y la correría por los estados en disputa que protagonizan ambos candidatos.
Por eso, tanto Biden como Trump aún pueden dar pasos para perfilar el resultado de las presidenciales. La tarea del demócrata es mantener su buena imagen; en contraste, Trump necesita recuperar los apoyos.
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