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Hong Kong y sus 35 años de una libertad a medias

El acuerdo que otorga a Hong Kong independencia legislativa de China parece agotarse tras 35 años.

  • Los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en Hong Kong se han recrudecido. El reporte más reciente registra la utilización de al menos 10.000 balas de goma. FOTO AFP
    Los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en Hong Kong se han recrudecido. El reporte más reciente registra la utilización de al menos 10.000 balas de goma. FOTO AFP
Una democracia con fecha límite
20 de diciembre de 2019
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Unas 6.100 personas arrestadas, de las que 2.400 eran estudiantes; el uso de 10.000 balas de goma y 16.000 aspersiones de gas lacrimógeno son las cifras que, según el reporte oficial de la Policía, dejan las protestas en Hong Kong, que iniciaron en marzo pasado, se sostuvieron durante todo el año y revelan el descontento popular de sectores que exigen aún más autonomía para dicho territorio.

Ayer, cuando se cumplían 35 años de la firma de la Declaración Conjunta Sino-Británica, que devolvió a China la soberanía sobre la región, a la tensión ya habitual se sumó el bloqueo por parte de la Policía de un fondo de cerca de 10 millones de dólares, que había sido constituido en apoyo a los manifestantes por una plataforma de donaciones llamada Spark Alliance.

Las autoridades sostienen que el dinero era transferido a una cuenta de una empresa fantasma y usado para “fines sospechosos”, y por los hechos fueron capturadas cuatro personas bajo el cargo de lavado de dinero.

Acuerdo con caducidad

Aunque ya fue retirada por el gobierno Chino, la ley que permitía la extradición de sospechosos a territorio continental fue leída por sectores políticos como un intento del presidente Xi Jinping de violar la política de “un país, dos sistemas”, que permite a Hong Kong tener su propia legislación y que tiene origen en el acuerdo alcanzado el 19 de diciembre de 1984 entre la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, y el jefe de Estado de China, Deng Xiaoping.

El documento, que entró en vigencia el 1 de julio de 1997, le concedió a Hong Kong, junto con la península de Kowloon y los denominados “Nuevos Territorios”, un régimen económico y político especial, que les permitió conservar un esquema de democracia y el sistema capitalista heredado de los británicos.

Pero esta concesión tiene fecha de caducidad: el acuerdo vence en julio de 2047, lo que podría explicar, al menos en parte, el actual estallido social que clama por el establecimiento de una democracia inmediata y sin condiciones.

Así lo indica el magíster en Relaciones Internacionales y docente de la Universidad Militar Nueva Granada, Alejandro Godoy, quien sintetiza que “estos han sido 35 años agridulces, porque se empieza con una promesa de respetar por 50 años la política de ‘un país, dos sistemas’, pero obviamente eso va en contravía de varios principios de la República Popular China. Como ya hemos visto en las protestas, Carrie Lam, la actual gobernadora hongkonesa tiene un perfil totalmente pro China y eso es lo que más ha asustado a la población, que ve cómo en promedio 95 chinos continentales llegan cada mes a la región y se quedan con los puestos de trabajo”.

Pero para la investigadora asociada de la Universidad Externado, Lina Luna, “muchas de las opiniones sobre la relación entre China y Hong Kong demuestran que hace falta comprender más del sentido histórico de este caso: como colonia británica, el territorio nunca tuvo libertades civiles o sociales”.

La académica señala que “mientras en 1984 Inglaterra buscaba una especie de administración conjunta del territorio, supremamente rico por su posición, China no lo iba a permitir, pero tampoco vio reparo alguno en experimentar la democracia y el capitalismo dentro de su plan de apertura económica”.

Para Luna, China ha sido fundamental en el progreso económico que ha tenido la región y las movilizaciones de jóvenes “están motivadas más por un deseo de occidentalización. China nunca ha dicho que vaya a acabar las libertades o la democracia y esperar que reconozca a la región su propia soberanía no es algo positivo”.

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