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La más reciente versión del Índice de Competitividad por Ciudades que elaboran la Universidad del Rosario y el Consejo Privado de Competitividad ubicó a Bogotá, Medellín y Bucaramanga como las ciudades más importantes en la medición. De acuerdo con el estudio, la capital de la república tuvo una puntuación de 7,57 sobre 10. Así mismo, Medellín y Bucaramanga, con 7,09 y 6,22, respectivamente, completaron el top 3 del ranking.
Este índice, que mide 97 indicadores en 23 ciudades y sus áreas metropolitanas, tiene en cuenta 12 pilares fundamentales. Entre los más importantes se destacan: manejo de las instituciones, infraestructura y equipamiento, sostenibilidad ambiental, salud, educación básica, entre otros.
Si bien esta edición del indicador no se puede comparar con los resultados del año pasado, a razón de un cambio de metodología en el que se tienen en cuenta los parámetros entregados por el Foro Económico Mundial para medir el nivel de competitividad de una nación, sí deja claro que las ocho primeras ciudades conservan su posición, mientras que solo Popayán (subiendo dos puestos) y Armenia (subiendo tres) fueron las ciudades que mejoraron su desempeño.
Sobre los resultados, Rosario Córdoba, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, dijo que “los rankings son útiles para establecer referencias e identificar buenas prácticas, pero este ejercicio va más allá de una competencia entre ciudades o de un juego de suma cero, donde la ganancia de una ciudad es la pérdida de otra”.
En el pilar de infraestructura y equipamiento, Bogotá y Medellín fueron primera y segunda, respectivamente, con una calificación de 7,03 y 6,24 sobre 10. De acuerdo con la medición, Medellín se destaca por las adecuaciones en bibliotecas, donde obtiene una calificación de 10 sobre 10.
Finalmente, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, aseguró que “esta medición le permite a las regiones identificar agendas de trabajo alrededor de áreas o pilares de competitividad en los que se requiere la articulación del sector público, el sector productivo y la academia”.