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Pese a que los vientos externos por la guerra comercial entre Estados Unidos y China soplan en contra, la economía de Colombia seguirá creciendo de forma sólida durante los próximos dos años.
Eso es lo que asegura el más reciente reporte sobre Perspectivas Económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), según el cual el Producto Interno Bruto (PIB) del país se expandirá 3,4 % en 2019, 3,5 % en 2020 y 3,3 % en 2021.
Según el organismo, las razones de este desarrollo serían la inversión extranjera en el país apalancada “por reformas fiscales y ambiciosos proyectos de infraestructura”, un buen nivel de consumo interno propiciado por bajas tasas de interés y un menor nivel de desempleo.
“Las tensiones comerciales no golpean tan duro a Colombia porque somos una economía muy dada a la demanda interna, por eso las proyecciones se basan en el crecimiento fundamentado por el consumo de los hogares y del Gobierno”, opina Luis Fernando Ramírez, vicerrector de Investigaciones Económicas de la Universidad de La Salle.
Entre tanto, Óscar Eduardo Medina, docente de Organización y Gerencia de la Universidad Eafit, dice que el hecho de que las perspectivas de expansión estén tan fundamentadas en lo que sucede internamente “es un elemento preocupante”.
“Aunque las tasas de interés han bajado, ha habido una estabilidad en los últimos dos años. Las reducciones que ha hecho el Banco de la República no han sido tan grandes como para decir que se va a fomentar el consumo”, opina Medina (ver ¿Qué sigue?).
No obstante, a pesar de que las perspectivas para el país son buenas, la Ocde recomienda no perder de vista factores como apertura comercial, productividad, flujo de migrantes y déficit fiscal.
Por ejemplo, apuntan que el aumento de la competencia, la mejora de la logística portuaria y aduanera, y la reducción de las barreras comerciales y no comerciales y de las cargas reglamentarias “aumentarían las exportaciones, harían que las empresas fueran más productivas y crearían empleos de calidad”.
Además, añade que la gran afluencia de migrantes al país podría “ayudar a impulsar el crecimiento potencial, que ha disminuido en los últimos años debido a la escasa productividad”.
Pero para que esto se dé, la organización dice que el país debe continuar con las políticas de integración que ayudan “a absorber a los migrantes en el mercado laboral formal, así como la inversión en sistemas de formación y atención sanitaria”.
Y en cuanto al déficit fiscal, la Ocde concluye que será necesario reducirlo al 1 % del PIB, algo que en opinión de Medina “requiere de estrategias como una reforma pensional, una revisión de los costos de funcionamiento del Estado y un mayor recaudo de impuestos combatiendo la evasión”.