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Antes de un decreto que firmará el presidente Iván Duque este mes, las personas que buscaban comprar vivienda con un subsidio de su caja de compensación no podían ser también beneficiarias de planes de gobierno que ofrecían subvenciones para este mismo fin.
Ahora sí se podrán obtener ambos beneficios para la compra de vivienda, y según el gerente de la Cámara Colombiana de la Construcción de Antioquia, Eduardo Loaiza, esta es una de las medidas que ayudarán a que el sector se reactive para el segundo semestre de este año y el país dinamice su economía que en parte ha visto su lento comportamiento a este segmento.
“Esta concurrencia será con Mi Casa Ya y subsidios a la tasa de interés”, dijo Loaiza.
Explicó que hasta que esta normativa se expidiera “era un requisito para ganarse un subsidio con el Gobierno, que no fuese beneficiario por caja de compensación, ni viceversa (...) De esta manera, una familia que gane dos salarios mínimos, arranca con un case importante y subsidio a la tasa de interés”.
Estos subsidios conjuntos, explicó Jonathan Malagón, cuando planteó la medida, sumarán hasta 50 salarios mínimos mensuales legales vigentes (hasta 41 millones de pesos) para la compra de Vivienda de Interés Social para hogares con ingresos de hasta 2 Smmlv ($1.656.232) que estén afiliados a las cajas de compensación (ver ¿Qué Sigue?).
Además, otro aspecto relevante y que se está preparando es que se equiparen “los subsidios de las cajas de compensación con las del Gobierno Nacional”, agregó Loaiza.
Así se asegura un cierre financiero para las viviendas y más efectividad en la colocación de los subsidios, entre otras razones, porque la familia debe demostrar un ahorro programado.
Recuerda Francesco Orsini, responsable de Hábitat de Comfama, que esta decisión tiene como antecedente que “hay muy poca oferta en el sector y de precios muy altos (...) así, hemos tenido una tendencia a la baja en la aplicación de subsidios”.
Igualmente la inversión en Vivienda de Interés Social es más atractiva para el privado que en El Poblado, por poner un ejemplo, porque la tasa de rentabilidad es más alta. “La implicación que tiene esto es que como la VIS debe beneficiar a los estratos más bajos, con la escasez de vivienda y el alto costo de la disponible, no impacta el segmento que se requiere”, afirmó Orsini.
¿Y por qué se elevan los precios? Por la escasez de suelo, que sube el costo por la tierra y esto hace inviable o más difícil construir Vivienda de Interés Social, por ejemplo en el Valle de Aburrá. Y si a lo anterior se le suma el interés no solo de dar vivienda en cantidad, sino en calidad, esto al final redunda en el precio.
“La concurrencia es, entonces, una gran medida porque va a beneficiar a la población de dos salarios mínimos. Esto aumentará la capacidad de pago de las familias”, dijo Orsini y agregó, más aún si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en Comfama más o menos el 80 % de los subsidios se destina a hogares de dos salarios.
Y ¿cómo se preparan entonces las cajas de compensación? Preparando a las familias con sus hábitos financieros, aunque, reconoció, esto no es “la panacea” pues al subir los topes de vivienda VIP y VIS (medida que beneficia más a los constructores) la ganancia es menor en términos de financiación.
Desde el punto de vista de Orsini hay un trabajo qué hacer para que la concurrencia aplique a usados.