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Inclusión rural, la apuesta de la banca a 2022

La transformación digital y la educación financiera son aspectos que busca fortalecer el sector bancario colombiano.

  • La reducción del efectivo es otro de los desafíos que tiene la inclusión financiera en Colombia. Foto: Archivo
    La reducción del efectivo es otro de los desafíos que tiene la inclusión financiera en Colombia. Foto: Archivo
Inclusión rural, la apuesta de la banca a 2022
18 de junio de 2019
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Infográfico

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) que el gobierno pretende ejecutar de aquí al 2022 dedica uno de sus apartados a plantear iniciativas de regulación que buscan una mayor profundización financiera, es decir que los servicios de esta actividad lleguen a todos los colombianos y apalanquen su bienestar y crecimiento.

En el diagnóstico el PND resalta como desde 2015 el sistema financiero tiene presencia en el 100 % de los municipios del país, en buena parte gracias al modelo de corresponsales. En cuanto a la población adulta con acceso a un producto financiero se estima que alcanza el 81,4 %, es decir 28 millones de personas. Y el porcentaje de quienes tienen un producto de la banca activo es 68,5, lo que corresponde a 23,5 millones de personas.

Socios colombianos en la Alianza del Pacífico como México que tiene más habitantes (129,2 millones) reporta que el 85 % dispone de una cuenta de ahorro. Chile, con menos pobladores (18 millones) señala que el 97 % acredita algún producto financiero.

El superintendente Financiero, Jorge Castaño, hace notar que en Colombia hay alrededor de 6,3 millones de adultos que no cuentan con un servicio financiero formal.

El Reporte de inclusión financiera 2018 de la Banca de las Oportunidades explica que esta exclusión obedece al rezago que se observa en las áreas rurales. Mientras el 88,7 % de los adultos en las ciudades tenía algún producto financiero, en las zonas rurales apartadas el indicador cae a 55,4 %.

La estrategia

La iniciativa del PND es definir una hoja de ruta para aprovechar las nuevas tecnologías e innovaciones para ganar eficiencias en la prestación de los servicios financieros y permitir el acceso de la población colombiana que aún se encuentra excluida del sistema financiero, especialmente en las zonas rurales.

Una de las acciones está enfocada en aprovechar la digitalización de los pagos, procesos que son una tendencia global porque acelera el crecimiento económico, facilita la inclusión y permite un mayor control y fiscalización de las transacciones.

Pero la implementación de un ecosistema de pagos digitales requiere aplicar ajustes para garantizar el acceso a los servicios financieros, asegura el presidente de la junta directiva de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) y de Bancolombia, Juan Carlos Mora.

El banquero señala que el esfuerzo debe estar orientado a crear una banca moderna en la que se puedan hacer los procesos sin documentos físicos, incorporando tecnologías de reconocimiento biométrico, que sean seguros y generen confianza, facilitando la inclusión de las personas de los niveles socioeconómicos que históricamente han estado más alejados de sistemas formales.

“Son relevantes los retos que nos impone la cuarta revolución industrial. La digitalización reduce los costos de transacción y facilita el monitoreo de datos de forma tal que se permite a las empresas innovar mediante la creación de nuevos modelos de negocios que atienden las necesidades de los consumidores”, añade Mora.

También comenta que los nuevos esquemas de inclusión financiera deberán estar enfocados en ofrecer productos y servicios que se adapten a los cambios de la transformación digital y brinden a los grupos poblacionales excluidos una oportunidad para mejorar su estilo de vida, proteger sus activos, crear fuentes de ingreso, afrontar y mitigar riesgos y planificar para el futuro.

Los logros

¿Y qué avances se han dado en la inclusión financiera? El presidente de Bancolombia responde que “las entidades financieras han incorporado la innovación tecnológica en la ampliación de la oferta de servicios financieros, desarrollando de manera exitosa productos sin costo para la población de menores ingresos y productos convenientes, fáciles de usar y cercanos como canales virtuales, telefonía móvil, pagos automáticos, billeteras electrónicas y créditos de bajo monto”.

Pero, mientras el Plan Nacional de Desarrollo procura ahondar en la inclusión financiera para impactar positivamente en el futuro el bienestar y el desarrollo de la sociedad, Javier Rengifo, experto en inteligencia artificial de la empresa de analítica SAS, exalta los logros obtenidos.

Él argumenta que los colombianos han sido testigos de la evolución en la gestión de los créditos: de tener que llenar engorrosos formularios y esperar la aprobación durante varios días, semanas o hasta meses, se ha pasado a aprobaciones express, las cuales, son hechas en menos de 10 minutos y tan solo presentando la cédula o incluso compartiendo su perfil en una red social.

“Contrario a lo que se cree, los procesos para decidir a quién se le puede otorgar un nuevo crédito y el monto aprobado ahora son más sofisticados y precisos que antes. La tecnología y más específicamente la analítica avanzada basada en inteligencia artificial, es una de las soluciones que permite que las entidades financieras conozcan el perfil crediticio del aplicante y puedan consultar en tiempo real quién es apto para un nuevo crédito, quién podría estar sobre endeudándose, qué monto se debería aprobar para que la persona no vaya a entrar en mora”, afirma.

El nivel de sofisticación de estas herramientas es tal, que permite hacer análisis de datos en momentos coyunturales. “Cuando está pronto a iniciar un campeonato importante de fútbol y si la persona es aficionada, es probable que se endeude para comprar un televisor o para viajar. Lo mismo sucede en fechas como las del Día del Padre o la temporada escolar, que representan gastos adicionales y por ende la oportunidad de ofrecer proactivamente productos de crédito a personas seleccionadas, usando analítica avanzada”, concluye.

Sobre los avances de la transformación digital y el uso intensivo de los datos y las tecnologías, Castaño advierte de la necesidad de reconocer las amenazas que se han cernido sobre la industria financiera, como el cibercrimen (ver Para saber más...).

Llegando al campo

La inclusión financiera rural es otra de las estrategias que el PND contempla, y para lo que propone aumentar las fuentes de financiación del sector agropecuario y promover el uso de los servicios financieros por parte de la población rural, aspecto que ha sido una preocupación constante en el país.

Y es que pese a los esfuerzos hechos por entidades de microfinanzas, corresponsales bancarios y oficinas móviles, persiste una brecha en la inclusión financiera entre las ciudades y las zonas rurales. En 2018 el indicador de inclusión en ciudades fue de 88,7 %, mientras que en las áreas rurales apartadas fue de un 55,4 %.

El sector financiero explica que las condiciones geográficas en el campo hacen que se incrementen los costos de operación. En ese entorno resulta necesario acudir a la tecnología y a la innovación para generar nuevos modelos de distribución de los servicios financieros en dichos territorios y de esta forma cerrar la brecha de inclusión rural.

Una idea del Plan es que el programa Banca de las Oportunidades del Ministerio de Hacienda ejecute acciones para aumentar la densidad y la calidad de la cobertura financiera en la ruralidad, y consolide las fuentes de información para identificar las necesidades de la población, y promover el uso de la tecnología para el suministro de productos y servicios financieros en las áreas alejadas del territorio (ver Paréntesis).

En ese sentido, los esfuerzos deben enfocarse en encontrar soluciones innovadoras, no solo tecnológicas, que permitan superar los desafíos de las finanzas rurales y superar obstáculos como la insuficiente infraestructura vial, educativa o sanitaria, reducir la informalidad laboral o legalizar la tenencia de tierras.

A su turno, el superintendente Financiero agrega que se deben definir estrategias concretas para llegar a este sector que hoy representa un alto porcentaje de la población colombiana y es el llamado a reactivar la economía por el sector agropecuario.

“Infortunadamente aún son pocas las entidades que enfocan sus esfuerzos para atender este segmento, prueba de ello es el indicador de inclusión financiera que en las zonas rurales dispersas (más alejadas) es de 55,4 %”, menciona Castaño.

El funcionario también aboga por la necesidad de la banca en mejorar la calidad de la oferta de productos para incentivar su uso. “Hemos insistido que la inclusión financiera no se reduce a la apertura de productos, sino que constituye un balance entre acceso y uso, lo que hemos denominado inclusión sostenible”.

Bajo esa óptica, Francisco Mejía, presidente del Banco Agrario, detalla los avances de la implementación de MoviAgro, que es un concepto de fuerza comercial móvil dotada de tecnología, que lanzó la entidad en diciembre logrando a hoy una cobertura del 75 %.

“La iniciativa se trata de dotar a los asesores comerciales con una tableta en la que se consultan las centrales de riesgo, los sistemas del banco, se georreferencian los clientes, se diligencia la solicitud de crédito, y tras su aprobación se hace automáticamente el flujo de caja del cliente”, manifiesta el funcionario.

Educación financiera

El PND y la banca coinciden en señalar que Colombia cuenta con una estrategia de educación económica y financiera que busca potenciar las capacidades de los consumidores, y que estos tomen decisiones ajustadas a sus necesidades.

“Dado que la oferta de nuevos productos y servicios financieros basados en tecnología puede conllevar el surgimiento de nuevos riesgos o a la exacerbación de los riesgos existentes, es pertinente focalizar los esfuerzos de educación financiera para concientizar a la población de dichas situaciones y la manera de prevenirlos”, se lee en el Plan.

En ese escenario, desde la perspectiva de Asobancaria se insiste en que la educación financiera debe tener como propósito generar hábitos de protección de la información y del dinero, así como del buen uso y aprovechamiento de los productos y canales.

“Para profundizar el acceso de la población a los servicios financieros no basta con tener una oferta básica sin costo, atractiva y los más modernos estándares tecnológicos. La clave está en que las personas cuenten con herramientas que les faciliten tomar decisiones más informadas que mejoren su calidad de vida y hagan más amigable su interacción con el sistema financiero”, anota Mora.

85%
de la población adulta tendrá algún tipo de producto financiero en 2022: PND.
25,8
millones de adultos tienen cuenta de ahorro: Informe de inclusión financiera 2018.
12
millones de colombianos accedieron al sistema financiero en la última década.
6,3
millones de adultos en el país no han accedido a los servicios financieros.

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