La bici, negocio que va en ascenso

El objetivo es que las ciudades se muevan en dos ruedas. Salud y medio ambiente, argumentos para hacerlo.

Según la Cámara de Comercio de Medellín, en el Valle de Aburrá hay once empresas dedicadas a la fabricación bicicletas y sillas de ruedas. FOTO DONALDO ZULUAGA
Ramón Hoyos es una empresa local que fabrica y comercializa bicicletas hace medio siglo, con sede en el centro de Medellín.

“Sumando cables, tranvías y todo, no van a alcanzar más de lo que va a lograr la bicicleta, y con una inversión mucho más pequeña”. La afirmación la hizo hace algún tiempo Iván Reinaldo Sarmiento Ordosgoitia, docente universitario, al referirse al tema de movilidad para el programa Medellín, Cómo Vamos.

Este experto, colaborador en la formulación de la iniciativa de Transporte Público de Medellín (TPM) y el Plan Maestro de Movilidad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, sostiene que en la medida en que más ciclorrutas se construyan, en Medellín, el porcentaje de utilización de la bicicleta iría en aumento.

Según el Plan de Movilidad Segura de Medellín 2014-2020 (en plena construcción), actualmente de los 5,6 millones de viajes diarios que se contabilizan en el Valle de Aburrá, solo 0,5 por ciento (28.000) se hacen en bicicleta.

“Aspirar a un 5 por ciento es bastante. Si llegamos a 3 o 4 por ciento démonos por bien servidos. Algunos dirán que esas cifras no son significativas, pero el uno por ciento de la movilidad en el Valle de Aburrá son 57.000 viajes, 2 por ciento 114.000 y un 4 por ciento serían 228.000 o 230.000 viajes. ¿Qué sistema de transporte mueve 230.000 viajes?”, declara Sarmiento.

El experto hace notar que las rutas alimentadoras del metro le aportan 250 mil viajes diarios, el metro mueve más de 550 mil y la mitad viene de rutas alimentadoras. “Un sistema de bicicletas que mueva la mitad de lo que hoy mueve el metro es un sistema que aporta mucho. Si la cifra de la bicicleta fuera despreciable, sería también despreciable la del metro”, anota el experto.

Un escalafón

El informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), titulado Biciudades 2013, presentó un panorama del creciente uso de la bicicleta como medio de transporte en algunas ciudades de América Latina y El Caribe.

El documento reveló que entre el 0,4 y el 10 por ciento de la población utiliza la bicicleta como su principal medio de transporte en las once ciudades que componen la muestra.

En las ciudades de tamaño medio, el promedio de los desplazamientos diarios en bicicleta se situaba entre casi 2.000 y 48.000 (rango en el que está Medellín, que no hizo parte del estudio).

Igualmente señaló que el promedio en las ciudades más grandes de la región oscilaba entre 84.000 y un millón de desplazamientos al día, encabezado por ciudad de México.

Por su parte, la última Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2013, del Dane, mostró que de los 20,2 millones de colombianos ocupados, solo el 4,4 por ciento utiliza la bicicleta para ir al sitio de trabajo, es decir 898.744 personas.

El Valle del Cauca con 206.284 personas encabeza esta lista, seguido de la Costa Atlántica con 201.813 y Bogotá con 153.108. En Antioquia el registro solo contabiliza a 51.900 personas que van al trabajo en bicicleta, de ellas 41.681 están en las cabeceras urbanas y 10.219 en las zonas rurales.

Cifras locales

En el caso de Medellín una de las iniciativas que rueda desde 2011 es el programa Encicla, que surgió de un proyecto universitario en el cual se diseñó una bicicleta pública, buscando que esta fuera social y económicamente viable.

Las cifras más recientes señalan que el sistema cuenta con 18 estaciones en operación y 420 bicicletas Medellín y se proyecta operar este año una flota de 1.300 bicicletas y 50 estaciones, de las cuales 18 serán manuales y 32 automáticas.

El programa cuenta con una inversión pública de 15.000 millones de pesos, y para los usuarios de Encicla, el préstamo de las bicicletas es gratuito y se logra mediante un proceso de inscripción sin costo.

Pero, ¿qué dinámica tienen la fabricación y venta de bicicletas en Colombia? No hay un registro exacto, pues el Dane en su clasificación incluye la fabricación de bicicletas con la sillas de ruedas, triciclos e incluso con la de coches para bebés.

Para el estudio mensual de comercio, la entidad contabiliza a las bicicletas en la cuenta de “otras mercancías”, que incluye juguetes, artículos de deporte, piñatería, artículos para bebés, gas propano en cilindros, equipo fotográfico y revestimiento para pisos.

El gremio de los comerciantes, Fenalco, tampoco tiene un registro de los empresarios dedicados a este negocio. Solo el año pasado, en Bogotá, se adelantó un sondeo en el que se mostró que las ventas de bicicletas se habían incrementado en más del 20 por ciento, impulsadas, en parte, por los triunfos de los deportistas colombianos en competencias internacionales.

Recorrido por hacer

Dentro del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Medellín se contempla un cambio de paradigmas hacia la movilidad sostenible.

El vehículo deja de estar en la cima de la pirámide y se encumbra el peatón. Así, se ofrece a las personas la posibilidad de que se movilicen de manera más amigable con su salud y el medio ambiente, por lo que la pirámide también prioriza la movilidad a pie, en bicicleta y en transporte público.

Mientras esa transformación llega, empresarios como Jorge Enrique Hoyos Hurtado, hijo del fallecido campeón de ciclismo Ramón Hoyos, persiste en el esfuerzo que inició su padre hace 56 años: una compañía para la fabricación y comercialización de bicicletas.

La firma ensambla bicicletas para todo tipo de presupuesto, y el cliente puede adquirir bicicletas desde 155.000 pesos hasta de varios millones.

“La decisión depende del uso que se le dará a la bicicleta. En los últimos meses se observa un auge por el ciclomontañismo, las mujeres están demandando mucho la bicicleta y también las familias están interesadas en el ciclismo recreativo”, comenta Hoyos, quien afirma que en promedio se venden entre 300 y 400 bicicletas.

Desde la óptica del empresario llegará el momento en el que la gente por salud o conciencia apele a la cicla como medio de transporte. Para ello sugiere la construcción de más ciclorrutas y brindar más seguridad, pues considera que falta disciplina, tanto en ciclistas, como en peatones y conductores.

El Plan de Movilidad dice que, sin desconocer la importancia del transporte motorizado, es preciso reconocer que su espiral evolutiva es insostenible y cada vez genera mayor cantidad de problemáticas y conflictos que deben ser solucionados a costos elevados de inversión.

Con esto, la afirmación inicial de Sarmiento cobra validez: habrá más logros con la bicicleta sin necesidad de una inversión más grande.

51.900

antioqueños utilizan la bicicleta para ir a su sitio de trabajo, la mayoría de ellos en las áreas urbanas.

4,1

millones de viajes por día se realizan en Medellín, según la encuesta de origen y destino de hogares y de carga.