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Con un portafolio de 20 proyectos en ejecución, el acuerdo para vender su participación accionaria en la concesión vial Túnel de Oriente y el objetivo de enfocarse en la edificación de Vivienda de Interés Social (VIS), la empresa antioqueña Arquitectos e Ingenieros Asociados (AIA) intenta convencer a sus acreedores para que suscriban un acuerdo de reestructuración, bajo las disposiciones de la Ley 1116 de 2006 o Ley de Insolvencia.
Aunque la constructora paisa inició el trámite para acogerse a la reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades en el 2017, esta aún no ha proferido el auto de admisión. “Pese a la lentitud de esa gestión, el proceso se va a facilitar mucho por la venta de activos que estamos ejecutando, entre ellos el 10 % de las acciones que tenemos en el Túnel de Oriente a Odinsa”, explicó a EL COLOMBIANO el presidente de la compañía, Andrés Bejarano Palacios (ver ¿Qué sigue?).
Esa transacción le representará ingresos por unos 63.500 millones de pesos, por lo que se espera que antes de terminar este año se firme el acuerdo con los acreedores, principalmente bancos, por 112.000 millones de pesos.
Además, la estrategia de AIA es concentrarse en la ejecución de proyectos residenciales, unas 10.400 unidades en los próximos cuatro años el 70 % de los cuales serán del segmento VIS. “Hoy tenemos en construcción 3.400 viviendas y estamos estructurando otras 7.000 en Medellín, Eje Cafetero, Bogotá, Cartagena e intentamos entrar al mercado de Cali”, añadió Bejarano.
Y es que a pesar de que históricamente AIA ha participado en el segmento inmobiliario en la construcción de proyectos para terceros, la promoción, construcción y venta de proyectos propios no había sido muy representativa. “Nuestra meta es que esta unidad de negocios facture 50 % de las ventas”, indicó.
Con una contracción de un 2,4 % reportada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en el primer semestre de este año, el repunte del sector constructor es lento.
“En 2015 y 2016 la dinámica de esta actividad fue alta, con el menor ritmo observado en 2017 y 2018 se generaron unos inventarios de vivienda que hoy están en proceso de ajuste que se extenderá hasta el primer semestre del año próximo y luego de eso se normalizará el mercado”, comentó el presidente de AIA.
Resaltó, por otro lado, la reactivación de los proyectos de infraestructura de cuarta generación (4G), aunque la compañía no participa en ninguna de esas iniciativas.
Del portafolio de AIA hacen parte 11 desarrollos para terceros (contratos) y 9 propios, que representan un backlog (proyectos contratados) por 270.000 millones de pesos. Del inventario hacen parte la terminal de carga del aeropuerto José María Córdova de Rionegro, la Ciudadela Universitaria de Occidente en la comuna 13 de Medellín y la Clínica Toberín en Bogotá.
Con 70 años de experiencia, los cuales celebrará mañana, AIA es una de las constructoras de mayor tradición en el país por su capacidad de ejecución de todo tipo de proyectos de obras civiles (hidroeléctricas, plantas de tratamiento de agua) o edificaciones (urbanizaciones, hospitales, hoteles).
Con una nómina de 540 empleados directos y otros 2.000 indirectos, Bejarano dijo que es necesario que la empresa sea mucho más eficiente. “Las políticas implementadas por el Gobierno están bien encaminadas y cuando se aclaren algunos Planes de Ordenamiento Territorial (POT), como el de Bogotá, habrá un impulso a la reactivación de la construcción”.