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Que Enka hoy pueda festejar medio siglo de operaciones y que lo haga presentando ganancias a septiembre de 8.896 millones de pesos, luego de años de arrojar pérdidas, no solo lo deben celebrar más de 1.200 empleados con sus familias, así como otros 5.000 trabajadores indirectos que se benefician de su actividad industrial.
También lo deben celebrar en Girardota, municipio al norte de Medellín donde tiene su planta, y todos los antioqueños y colombianos, pues aportaron a salvar de la quiebra a esta industria que comenzó a operar el 23 de septiembre de 1966.
¿Cómo lo hicieron? Mediante el salvavidas que tuvo Enka en la Ley 550 de 1999. Esta norma le permitió reestructurar una deuda de 320 mil millones de pesos, poco menos de las ventas que sumó para 2002, y lograr un acuerdo en febrero de 2003 con sus acreedores.
Después, durante los primeros ocho años no pagó impuestos y tampoco ha tenido que asumir hasta ahora el impuesto al patrimonio, rebautizado como a la riqueza.
“Si hubiéramos tenido que pagar esos impuestos, habría tocado renunciar a alguno de los proyectos de reconversión y, si fuera así, la empresa estaría dando pérdidas”, reconoció ayer a este diario el ingeniero Álvaro Hincapié Vélez, uno de los protagonistas del giro de 180 grados que dio la compañía en los últimos 13 años (ver Opinión).
Pero la norma también obliga a que todo excedente de la operación sea reinvertido en llevar a flote a la compañía. También sus cerca de 600 accionistas no pueden recibir dividendos, entre ellos el Grupo Sura. Cabe recordar que, a pesar de tener el remoquete de la Ley 550, Enka se listó en la Bolsa de Valores de Colombia en 2007 para capitalizar las obligaciones por pagar.
Así que de esos 320 mil millones de pesos de pasivos a 2002, hoy solo quedan por pagar 3,1 % (unos 9.920 millones de pesos). Se suman a los 17 millones de dólares de deuda contraída para acometer inversiones de cerca de 100 millones de dólares en equipos de alta tecnología durante el proceso de reestructuración.
Con todo, a cinco años de vencerse el plazo de reestructuración, el nivel de endeudamiento es de 1,6 veces el Ebitda (flujo operativo de caja), pues siempre la misión ha sido tener ese indicador positivo. Para eso, los costos y gastos se han controlado hasta el mínimo detalle, sumando ahorros de 730 mil millones de pesos que han dado viabilidad para seguir abriendo mercados: exporta a 17 países y el 40 % de sus ventas son por fuera de Colombia,
En esas condiciones, y al cumplir 50 años, dejó producciones de baja rentabilidad y fortalece sus dos líneas de negocio de alto valor agregado y que marcan la ruta de transformación y sostenibilidad.
De una parte está reciclar y procesar millones de botellas de PET en resina, para que sirvan de nuevo para empacar bebidas y alimentos; y por otra, ofrece un diferenciado portafolio de productos industriales, a partir de microfibras nailon y poliéster (hilos técnicos) para fabricar desde llantas hasta redes de pesca.
“Si en 2003 estábamos en la mitad del mar y solo veíamos tiburones, hoy ya vemos que hay playa cerca, pero igual no sabemos qué nos vamos a encontrar más allá de la playa. La transformación empieza hoy y todos los días”, comentó ayer Hincapié.
Si hoy Enka ya es reconocido como uno de los principales fabricantes de lona para llantas de América y vende a las mayores marcas mundiales, si es proveedor de resinas recicladas para los más grandes y exigentes productores de botellas pet, si la tasa de cambio conviene a sus resultados financieros, si ya tiene crédito con los bancos, ¿por qué no paga lo poco que le falta para salir de la Ley 550?
“En 2015 dimos pérdida, es decir, no estamos del otro lado (...) Los proyectos que pusimos a marchar hoy ya muestran unos resultados positivos, con una utilidad neta positiva, pero es el primer año de utilidad después de muchos años de pérdidas, apenas dimos un primer paso”, respondió el presidente de la compañía (ver gráficos).
En ese sentido, Hincapié niega que se asuma la Ley 550 como una gabela para optimizar tributariamente a Enka, en cambio, enfatiza que ha sido una tabla de salvación.
La posible salida de ese régimen preferencial, para asumir la carga de impuestos que tiene cualquier otra gran industria, es un tema de permanente análisis en la Junta Directiva, “evaluando el momento indicado”, concluye. Las perspectivas de 2017, sin duda, darán señales para que esto ocurra.