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A 22 días de iniciado el paro en Buenaventura, pérdidas por 12.000 millones de pesos diarios son reportadas por restaurantes, hoteles y cerca de 8.200 comerciantes formales e informales, según la Cámara de Comercio del puerto sobre el Pacífico. Así que las pérdidas totales en el municipio la entidad ya las estima en cerca de 250.000 millones de pesos.
“Algunos almacenes del centro solo abren hasta las 3 p.m., mientras que en barrios, las tiendas y las verdulerías cierran a las 6 p.m. y las panaderías andan a media marcha”, afirmó a El País, de Cali, Javier Ocampo, líder de la Asociación de Comerciantes Unidos.
Además de no poder abrir las puertas de sus negocios de manera continua, el gremio también manifestó que la gente apenas tiene plata para comprar lo básico: alimentos, que son escasos para un 98 % de los pobladores del litoral Pacífico por la falta de transporte hacia esa zona.
“Han pasado tantos días y tenemos que pagar las deudas, los servicios y a los empleados. Estas cosas no esperan, nos estamos reventando”, expresó Julio Morales, comerciante del puerto, al tiempo que reclamó al Gobierno una solución definitiva y pronta.
Las empresas de turismo de Buenaventura también anunciaron perjuicios económicos por al menos 8.500 millones de pesos, debido a que nadie llega al puerto desde que comenzaron las protestas. Durante un fin de semana normal, pasan por el muelle unos 10.000 visitantes.
En cuanto a las confrontaciones con la fuerza pública, dijo Felipe Ríos, un joven arquitecto del municipio: “Los atropellos contra la población han generado un ambiente de inseguridad que afecta también al comercio y a la industria”.
Por otro lado, a raíz del paro, algunos exportadores del Valle del Cauca han enviado una parte de sus trabajadores a vacaciones, porque no tienen materias primas para operar.
Así mismo, se enfrentan al riesgo de incumplir con pedidos en el exterior y están asumiendo más costos por tener mercancías sin poder nacionalizar o transportar desde y hacia el puerto, dijo Juan David Castaño, director en el Valle de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex). “La situación genera desconfianza entre los inversionistas”, agregó el directivo.