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La Semana Internacional del Café (Sintercafé), que se clausuró el pasado sábado en Costa Rica, dejó entrever la preocupación de empresarios internacionales por la coyuntura que atraviesa la Cooperativa de Caficultores de Andes (Cooperan o DelosAndes), la cual fue intervenida por la Superintendencia de la Economía Solidaria (Supersolidaria).
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez, quien participó en la muestra, le dijo a EL COLOMBIANO que hay una serie de tostadores que le compraron café a esa cooperativa y hoy no saben si les van a cumplir. Además, mencionó que hay “otros que le adelantaron recursos y ahora no saben qué va a pasar”.
Aunque este diario intentó comunicarse sin éxito con el agente interventor, Alejandro Revollo Rueda, pudo acceder a parte de los documentos emitidos por la Supersolidaria en los que figuran algunos hallazgos del manejo administrativo que tuvo DelosAndes en los últimos meses.
Una de las expectativas que tienen los 3.885 asociados a la cooperativa tiene que ver con el desempeño de la subsidiaria en Miami, Estados Unidos, denominada DelosAndes Coffee.
Tras una visita hecha en marzo, se indicó que no se avizoró ninguna información referente a la situación administrativa, jurídica y financiera de la inversión realizada en esa firma (ver Paréntesis).
Pese a que la intervención se ordenó hace 14 días, la Supersolidaria realizó en el primer trimestre del año una visita de inspección de la que se derivaron múltiples anotaciones, como la existencia de un fondo constituido para asegurar la cartera de crédito de la cooperativa, figura que la normativa que rige a las entidades solidarias no autoriza.
Los inspectores también llamaron la atención sobre los criterios para el otorgamiento de créditos y la metodología de evaluación de la capacidad de pago de los solicitantes.
En uno de los apartes del informe se lee que: “Los órganos de administración y control, deberán presentar las explicaciones pertinentes, ante el presunto incumplimiento de las obligaciones previstas en su propio reglamento para el otorgamiento de créditos”.
El reporte también evidenció falencias en los procesos de seguimiento y control de la cooperativa, toda vez que el reglamento del comité de evaluación de cartera se expidió en 2004 sin ajustarse a las modificaciones fijadas en 2008 y 2013, es decir que para el momento de la inspección estaba desactualizado.