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“Se estudiaron varias posibilidades entre ellas la liquidación, pero no hay lugar a esta por que la caja de compensación familiar posee unos activos importantes con los que puede solventar sus problemas financieros”. De esta manera el superintendente de Subsidio Familiar, Julián Molina Gómez, explicó el avance del proceso de intervención administrativa iniciado hace un año a Comfamiliar Camacol, cuyo propósito es que la entidad siga activa y en operación.
El funcionario precisó que a finales de octubre se cerró la venta a Comfama de un lote que la entidad tenía en Apartadó, Urabá antioqueño, por un valor de 18.400 millones de pesos. “A partir de esa transacción se generó alguna solvencia para cumplir con algunos pasivos, en especial con los trabajadores”, añadió Molina.
Con el dinero del lote también se normalizó la cancelación de impuestos por unos 340 millones de pesos, quedando pendiente un pago al municipio de Caucasia. Igualmente, se espera poner al día a la caja en sus deudas con los proveedores, y para esto se iniciaron las negociaciones con los interesados.
A juicio del superintendente, la venta de ese terreno fue el salvavidas de Comfamiliar Camacol toda vez que sus obligaciones financieras estaban asociadas a la “exacerbación de contratos de prestación de servicios, desafiliaciones que terminaron en otras cajas, pero como había activos teníamos posibilidades de salvar la caja y la idea del sistema de subsidio familiar no es liquidar cajas, sino tratar de fortalecerlas” (ver Opinión).
En un año marcado por la pandemia, la caja suscribió un convenio con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por 1.035 millones de pesos, para acompañar a 325 niños entre los cero y cinco años de los hogares infantiles.
También se fortalecieron servicios existentes en las regiones para conservar la presencia, entre ellos la asignación de becas a trabajadores que laboran y residen con sus familias en los municipios de Apartadó, Turbo, Carepa y Chigorodó en Urabá; Caucasia, Cáceres, El Bagre y Segovia en el Bajo Cauca y Nordeste Antioqueño y Medellín, Envigado, Itagüí, Sabaneta, La Estrella y Bello en el Valle de Aburrá.
Además, se desarrolló una negociación de la convención de trabajo con el sindicato, que permitió proteger los recursos de la entidad, y se implementó una política de austeridad y eficiencia en el gasto, sin que ello implicará una reducción en la calidad de los productos y servicios ofrecidos.
Al cierre de agosto, Comfamiliar Camacol contabilizaba 1.215 empresas y 11.700 trabajadores afiliados, y beneficiaba con sus servicios a 15.397 personas. Para el mes de octubre, la caja autorizó la afiliación de 1.791 personas nuevas lo que representó ingresos mensuales por 134 millones de pesos.
A través de su línea de crédito de libre inversión para los afiliados, hasta agosto, fueron aprobados 178 desembolsos por 215,4 millones de pesos. Y se pagaron tres subsidios familiares de vivienda por 66,3 millones de pesos.