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Después de dos años de disminuciones en lo que se conoce como la tasa máxima que un banco o entidad puede cobrar por un crédito (tasa de usura), 2019 inició con alzas.
La tasa para febrero pasó de 28,74 % a 29,55 %, efectivo anual, es decir subió 0,81 puntos básicos, según la información que la Superintendencia Financiera publica con una periodicidad mensual.
Según explicó Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, este es un indicador muy importante para las finanzas personales “porque muchas actividades están atadas a la tasa de usura: los créditos de consumo pueden ser más costosos, sobre todo las tarjetas de crédito”, debido a que es usual que los bancos se peguen a esta tarifa máxima (Ver Paréntesis).
Esto, no implica de ninguna manera que las tasas de captación, por ejemplo, en cuentas de ahorro, renten al mismo ritmo: “Estos mecanismos de transmisión se demoran y a veces nunca llegan”.
También es importante saber que si bien se informa la tasa anual, un cálculo fácil para saber en cuánto queda es dividirlo por 12 meses “si bien no es la manera exacta ni técnica de en cuánto queda la tasa sí es un indicativo de cuánto será mes a mes”, explicó el profesor, que también es especialista en Finanzas de la Universidad de Los Andes.
Esta tasa no siempre ha tenido una periodicidad mensual, antes era trimestral y cambió para transferir lo beneficios de la disminución más rápidamente para el consumidor final; ahora se espera que lo mismo suceda a la inversa.
Y finalmente, como una señal de que el microcrédito es préstamo de alto riesgo, la tasa efectiva anual, hasta el 31 de marzo de este año, es de 54,98 %.