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Contar por chat que se tiene una dolencia, describir los síntomas, recibir la notificación de que un médico puede atenderlo y verlo de manera remota, a través de una videollamada, y recibir las órdenes de procedimientos por correo electrónico después de ese encuentro virtual eran hasta marzo atenciones incipientes en Colombia, pese a que desde 2010 existía una Ley que regulaba los servicios de telesalud en el país. Esa situación cambió, creció y se quedó con la pandemia.
Un reporte del Ministerio de Salud señaló que durante los meses de la cuarentena las atenciones alcanzadas fueron superiores a los 30 millones. Estas se originaron por parte de prestadores que ya habían incursionado en esta modalidad de atención y los que tuvieron que crearla para mantener sus servicios de consulta externa y detectar posibles casos de Covid-19.
Ese crecimiento hace creer a expertos que se impulsó el desarrollo de la telesalud en Colombia y que la tendencia se mantendrá, si se realizan las inversiones necesarias en tecnología y conectividad para garantizar el acceso.
La iniciativa creció aún más en 2018, cuando el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entró a financiar con un millón de dólares un proyecto para impulsar estos servicios en todo el país.
“Antes de la pandemia empezamos a trabajar modelos en territorios alejados donde no había posibilidad de acceso a un médico o especialista. Con la llegada del virus instalamos un verdadero hospital digital de cuatro pisos donde tenemos un número muy importante de atenciones”, explica Carlos Palacio, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
La estructura desplegada para ello, que se ha prestado en 27 departamentos y ha empleado 250 personas del sector salud y soporte en TIC, sirve a 17 aliados estratégicos de la Facultad, sobre todo a EPS del régimen subsidiado, para garantizar atenciones de telemedicina y teleasistencia para el manejo de la Covid-19. Con otras organizaciones también realizó convenios para brindar apoyo en salud mental.
Por su hospital digital la Universidad ha gestionado en los últimos 22 meses recursos que superan los 2 millones de dólares, que han permitido servir unas 54 mil consultas por telemedicina.
Estas incursiones son la base para seguir trabajando en el desarrollo del sector, que aún tiene retos, sobre todo en inversiones tecnológicas.
De acuerdo con Miguel Quiroga, arquitecto de soluciones para Latinoamérica de la multinacional CenturyLink, que apoya a prestadores en telesalud en Colombia, el país logró avanzar durante la coyuntura gracias a que ya se habían digitalizado todas las historias clínicas, pero aún le queda camino por recorrer en asuntos como el monitoreo remoto de pacientes.
También, en ampliar la capacidad de conectividad. “Como país y como región estamos quedados y este es un habilitador en el tema de la telemedicina y en otros sectores”, comentó Quiroga.
Y a renglón seguido, el experto añadió que “para dar un ejemplo, en 2018 la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas dijo que 51 % de las entidades poseía una conexión entre 4 y 20 MB de ancho de banda, que es muy pequeño para estándares que se manejan en el mercado. Y el 41 % entre 30 y 220 megas, que es una mejora, pero sigue siendo pequeño sobre todo para la telemedicina. Esto nos deja ver que hay un déficit real de conectividad, sobre todo en el sector rural”.
Otro interrogante para resolver a futuro es el impacto positivo de desarrollar la telemedicina para la sostenibilidad del sistema. Sin embargo, Luis Miguel Acevedo, vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, advierte que ya se pueden medir impactos sociales en el acceso y la oportunidad de atención que redundarán en el sistema.
“No se reduce a que sea más económico, porque hay personas que se gastan cero pesos en la atención en salud porque no tienen acceso. Aunque esta modalidad salga más costosa en algunos casos, si no es por telesalud sencillamente no tienen acceso a los servicios”, destacó.