El “Terror de las calles” hizo su aparición rampante en la Avenida Las Vegas un día de semana. Aquel hombre de identidad desconocida y que bien podría denominarse así por su escandaloso comportamiento público, le pitó con su automóvil a quien pudo y ocupó un carril de la vía mientras comía helado y hablaba por teléfono. Finalmente estacionó en el parqueadero la camioneta más grande que hayan visto ojos humanos. Minutos más tarde dentro del supermercado y después de reclamarle a la cajera, la mujer dio entre susurros su veredicto a otro cliente de la fila: “cada vez que viene trata mal a alguien y tira fajos de dinero sobre la registradora”. Bajando aún más el tono de voz, agregó entre risas: una “caranga” chic.
En caso que quieras buscarla,...