No sintió el tiempo que pasó entre el momento en que abrió los ojos y se sentó en el borde de la cama, con movimiento mecánico limpió sus ojos después de unas horas de sueño. Intranquilo desde hace varios años, no sabe cuántos. Su dormir era un ápice más reflexivo desde que la carrera política personal cesó abruptamente.
Contrajo los músculos de los hombros y el trapecio, empuñando las manos en un gesto de primate irguiendo la espalda. Se desperezó. Anuló el movimiento aplanchando el pelo con los...