Nadie esperaba que 2020 resultara como lo hizo. Lo peor que imaginé para este año en mi lista anual de predicciones digitales en 2019, fue que el “siempre chillón” presidente Trump tendría permitido "permanecer en Twitter retuiteando cuentas falsas y enlaces que parecen desenmascarar a un denunciante".
Pero no. Trump está más chillón que nunca e incluso más desquiciado de lo esperado. La mayoría de sus tweets ahora están etiquetados como “disputados” por Twitter, que yo diría es una forma geek educada de decir que algo es mentira.
Comienzo esta ronda de pronósticos con esto: poco después de que nuestro troller en jefe deje el cargo el 20 de enero, su cuenta será suspendida temporalmente por Twitter, y luego, ya que no puede dejar de romper las reglas, lo echarán.
Nunca he pensado, como muchos lo han hecho, que Trump debería haber sido eliminado de la plataforma durante su mandato como presidente. Por más chocante que pueda ser, Trump ha sido una figura noticiosa legítima y, por lo tanto, lo que tenía que decir debería salir al aire.
Pero después de la toma de posesión de Joe Biden, Trump debería ser tratado como cualquier otro bocazas mentiroso, y Twitter estará en su derecho de callarlo.
Hablando del final, muchas de la multitud de "compañías de adquisición de intereses especiales" que han surgido en los últimos años y han recaudado montones gigantes de dinero se retirarán en 2021 y 2022.
En cambio, habrá muchas adquisiciones. Las grandes empresas se lanzarán en picada, después de la pandemia, para recoger todos los jugosos pedacitos. Sin embargo, debido al creciente escrutinio de los reguladores, no veremos muchos megaacuerdos, sino más bien pequeños en escenarios que son más competitivos, como vehículos autónomos, atención médica, fintech y medios. La máxima para las medianas empresas es clara: hazte grande o te comprarán.
Y para las grandes empresas, el mantra es simplemente: compre. La reciente adquisición por parte de Amazon del fabricante de podcasts Wondery, en un acuerdo valorado en USD $300 millones, lo que sea que eso signifique, fue exactamente el tipo de cosas que veremos más.
Hablando de compañías de medios: si bien las repercusiones de la decisión de Warner Bros de poner todas sus películas de 2021 en su servicio de transmisión HBOMax se están resolviendo, el cambio es permanente, ya sea que a los cineastas ofendidos les guste o no. Los creadores que se adapten se beneficiarán, sobre todo si idean nuevos modelos de pago.
En el nuevo mundo, aquellos que puedan reunir una base de fans a la que presten servicio directamente se beneficiarán. Imagine la relación futura entre creadores y fans como un negocio de suscripción, y la economía se vuelve mucho más interesante. Hollywood tendrá que volverse mucho más ágil y emprendedor.
Ahora, a menudo me preguntan cuándo el trabajo volverá a la normalidad, lo que en realidad es cuestión de cuándo volveremos a los lugares de trabajo físicos. Eso ciertamente sucederá este año, pero en todo tipo de formas nuevas.
El coronavirus ha forzado el tipo de experimentación laboral que habría tardado una década en suceder: limitar los viajes de negocios, reducir el tiempo de permanencia personal en la oficina, cuestionar todos los costos asociados con el lugar de trabajo analógico. La tecnología está haciendo que los negocios sean más baratos, más eficientes y, como ha resultado, más productivos.
Si bien las pandemias son a corto plazo, el desastre climático que se avecina no lo es. Entonces, por último, repetiré mi declaración de 2019 de que "el primer trillonario del mundo será un emprendedor de tecnología verde". El presidente electo Biden, que defiende la tecnología ecológica, tendrá más éxito si sus esfuerzos se consideran como creadores de empleo y no tanto como programas gubernamentales gigantes.
Y ahora que Trump, quien minimizó la amenaza existencial del cambio climático, se va, podemos ponernos manos a la obra en el tipo de tecnología que podría ser la más lucrativa de la historia. Es imperativo que solucionemos nuestros problemas climáticos mediante la innovación.
Si bien los nocivos humos digitales de Trump se disiparán, el otro tipo de humo no lo hará
