Por Azucena Restrepo Herrera*
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Aunque el Gobierno Nacional ha confirmado la compra de vacunas para inocular a 36.7 millones de personas, y con ello garantizar la inmunidad de rebaño, hay preocupación en el país alrededor de la velocidad de suministro por parte de las empresas farmacéuticas y sobre la logística de aplicación. Por esta razón, representantes del sector empresarial han ofrecido su colaboración al plan nacional de vacunación. El objetivo es que la población del sector productivo del país, concentrada en los menores de 60 años, pueda ser inmunizada antes de septiembre y octubre del 2021, después de que se haya cubierto la población de mayor riesgo correspondiente a la fase 1 del plan: personal de la salud, mayores de 60 y personas con preexistencias de salud.
La población considerada en la fase 1, etapas 1, 2 y 3 del plan de vacunación, corresponde a 11.7 millones de personas. En el primer mes, iniciando el 20 de febrero, el país vacunó 1 millón de personas, lo cual ha sido similar en otros países dado que la puesta en marcha del proceso es más lenta. Sin embargo, se espera que los otros 10.7 millones, y las segundas dosis, se logren entre abril, mayo y junio para la fase 1. Así, estaríamos iniciando en julio la vacunación de la fase 2, etapas 4 y 5 que corresponden a 4.9 millones de personas con otras ocupaciones de mayor exposición al virus y 17.5 millones de personas entre 16 y 59 años. En esta fase, el reto es vacunar al menos 250.000 personas por día. Para hacerlo entre julio y septiembre, y lograrlo, sería clave la cooperación privada. Otra limitante ha sido la llegada de las vacunas al país; para ello, el Ministerio de Salud ha anunciado que el plan en millones de dosis es el siguiente: marzo, 3.1; abril, 8.1; mayo, 5.8; junio, 4.8; julio, 7.2; agosto, 7.4 y septiembre, 7.4. Esto sujeto a cambios de los proveedores.
Con el fin de concretar el apoyo de la empresa privada, la semana anterior participamos en las conversaciones con el Gobierno Nacional donde se crearon dos frentes de trabajo: 1) La empresa como apoyo logístico. En este caso, con suministro de las vacunas por parte del Ministerio de Salud y la aprobación sanitaria de la Seccional de Salud territorial. Se considerará que las empresas que así lo decidan tengan puntos de vacunación propios para su personal, sujeto a un convenio particular con una IPS habilitada para vacunar y con el registro autorizado y realizado por parte de las EPS responsables del aseguramiento del personal. 2) La empresa como posible compradora de las vacunas para su personal y responsable de la logística de aplicación. El objetivo es que el Ministerio emita la resolución con la regulación requerida para que las empresas puedan iniciar negociaciones con los proveedores, únicamente para vacunas para su personal. Esto porque se espera que las empresas farmacéuticas ya hayan cumplido los compromisos con los gobiernos en julio y entren en la fase de ventas a particulares; según sus propios anuncios sobre los cálculos de producción.
Para que el caso de las compras empresariales, se debe lograr que el modelo sea complementario y no compita con las capacidades dispuestas para el plan nacional, como por ejemplo los refrigeradores y el personal de vacunación. Igualmente, quedan pendientes por evaluar las condiciones impuestas por las farmacéuticas para las ventas a particulares, el procedimiento para la aprobación del Invima para los lotes de vacunas y el asunto de la responsabilidad de los efectos consecuenciales de las vacunas adquiridas por los privados, ya que el Gobierno no estaría dispuesto a asumirlo. O sea, aún existen varios aspectos por evaluar y resolver.
Por lo pronto, consideramos que el aspecto más importante que tiene el país por trabajar, tanto gobierno como empresarios, es la implementación de la capacidad de producir vacunas nacionalmente. Es un asunto prioritario de seguridad sanitaria nacional y será objeto de otra column.a
* Directora ejecutiva
de Proantioquia