La destacada revista inglesa, The Economist, publicó el 20 de marzo pasado un artículo titulado: “El embrollo de Biden sobre la inmigración”, del cual comentaremos a continuación los aspectos tanto positivos como negativos.
“Desde su primer día en el cargo, firmó el presidente Joe Biden una acción ejecutiva para detener la construcción del polémico y costoso muro fronterizo iniciado por Donald Trump, pero enfrenta ahora un nuevo muro de preocupación, causado por los cientos de miles de migrantes que intentan ingresar en los Estados Unidos, alimentados por la esperanza de que el nuevo presidente sea más acogedor que su predecesor”.
De acuerdo con un gráfico publicado por The Economist en el artículo citado, detuvieron en 2019 en la frontera a 70.000 niños, quienes pretendían ingresar solos. En enero y febrero de 2021 ya han detenido 30.000, casi la mitad del año pasado.
“La administración del señor Biden se comporta como un anfitrión tímido y demasiado educado como para echar a los hambrientos que se estrellan en sus puertas. No estamos diciendo No vengas, insiste. Estamos diciendo, No vengas ahora... Pero los menores no acompañados y sin familiares con estatus legal en los Estados Unidos sí deben ser retornados a casa”.
Censuro que no menciona The Economist en su artículo las medidas que debería tomar el presidente Biden para cambiar las circunstancias que están impulsando a centroamericanos y mexicanos a tratar de poner un pie en suelo estadounidense.
Me refiero a la globalización acompañada por el libre comercio impuesto por los antecesores de Biden, con escasos beneficios para los países pobres y con grandes beneficios para su agricultura por medio de subsidios directos, entre el 10% y el 20% de los precios de venta, subsidios aceptados por el propio gobierno estadounidense, agricultura subsidiada con menores impuestos para los exportadores, con seguros por las pérdidas en las cosechas causadas por los cambios climáticos, con precios bajos para la gasolina de sus equipos agrícolas...
“Más allá de estas medidas, debería revisar el señor Biden el proceso de asilo. Existe hoy un atraso de 1,3 millones de solicitudes represadas, aproximadamente dos veces y media de cuando el señor Trump asumió el cargo”.
“Una política de inmigración sostenible para el futuro, concluye The Economist, debería incluir más conductos para que puedan ingresar los inmigrantes en forma legal a los Estados Unidos. Como no existe hoy una cola de espera para unirse a quienes deseen ir a trabajar en los Estados Unidos, numerosos migrantes centroamericanos están corriendo a la frontera para pedir asilo o entrar en forma ilegal... Al señor Biden también le agradaría extenderles la ciudadanía a los ´soñadores´, esto es, quienes llegaron allí cuando eran niños y a los indocumentados que ya viven en los Estados Unidos”.