En el Evangelio de hoy Marcos (7, 31-37), Jesús se acerca a un pobre que es sordomudo, lo separa de los demás para crear una relación personal y mostrarle que es importante para Dios, le mete los dedos entre las orejas y con su saliva le toca la lengua. En un episodio de cercanía que se repite en el Nuevo Testamento.
Efectivamente, al empezar su misión en Cafarnaúm, Jesús dice que el Espíritu lo ha enviado a anunciar a los pobres la buena nueva (Lucas 4, 16). El evangelista Marcos lo muestra metido en las casas de los pobres, tan tenazmente cerca que no puede comer por estar con la gente. Les escucha, les toca, les abraza, les habla y les da esperanza. No deja que su cercanía compasiva sea impedida por las instituciones. Para él toda la institucionalidad...