Los párrafos entrecomillados a continuación son mi traducción del artículo publicado por The Washigton Post (TWP) del 14 de abril pasado, firmado por Josh Rogin, el cual se puede consultar por Google digitando: State Department cables warned of safety issues at Wuhan lab studiyng bat coronaviruses. En español: Cables del Departamento de Estados advirtieron sobre temas de seguridad en el laboratorio de Wuhan que estudia el coronavirus de los murciélagos.
“En enero de 2018, la embajada de EE.UU en Beijing dio un paso inusual al enviar por segunda vez en los últimos cinco años a sus diplomáticos y científicos al Instituto de Virología de Wuhan (IVW), laboratorio que en 2015 se convirtió en el primer laboratorio internacional en alcanzar el más alto nivel con sus investigaciones en bioseguridad (conocidas como BSL-4)... El IVW publicó en la red, en marzo 27 de 2018, el resultado de dicha visita, resultado que fue borrado de allí la semana pasada, aunque en Internet se conserva la copia”.
Los cables aludidos advertían sobre la falta en el IVW de técnicos e investigadores previamente entrenados para la seguridad y el manejo adecuado del virus y proponían una mayor atención. En el primer cable que obtuve -afirma nuestro autor Rogin- “se preveía que presentaba un riesgo potencial para trasmitirse a los humanos el trabajo del laboratorio sobre el virus de los murciélagos y que, además, amenazaba con terminar tal investigación convertida en una nueva pandemia como el SARS”.
Atención a esto: “Tal como lo han reconocido muchos, no existe evidencia de que el virus que azota el mundo haya sido desarrollado en un laboratorio. La gran mayoría de los científicos acepta su origen en los animales. Pero esto no es lo mismo que decir que no vino de un laboratorio que ha invertido años probando el coronavirus de los murciélagos en animales, afirmó Xiao Quiang, científico e investigador de la Escuela de Información de la Universidad de California en Berkeley”.
“El gobierno de EE.UU. no les ha prestado ninguna atención a estos cables... El diario New York Times sostiene que la comunidad científica internacional no ha aportado ninguna evidencia para probar que esta pandemia sí provino de un laboratorio... Pero un miembro importante de la Administración me dijo claramente -afirma el señor Rogin- que los cables suministran más de un argumento de evidencia para soportar la posibilidad de ser dicha pandemia el resultado de un accidente en el laboratorio de Wuhan”.
En otro video de una hora de duración que también se puede consultar digitando por Google: https://youtu.be/3bXWGxhd7ic, tras un minuto 38 y 41 segundos, aparece en el video esta perla escrita, al parecer, con la participación de un militar de nombre Quiao Liang, en el libro titulado Transfinite War and Anti-Transfinite War: “Después de la primera crisis del estrecho de Taiwán, nos dimos cuenta de que si nos enfrentábamos los chinos y los americanos, estaríamos nosotros los chinos en desventaja. Comprendimos entonces que necesitábamos una nueva estrategia para ayudarles a los militares a balancear el poder”.
Esta nueva estrategia concluye el video a continuación “se llama guerra sin restricciones, guerra bioquímica”. Transfinite en inglés se refiere a un número que es mayor que todos los otros números, pero que no es “infinito”. En este libro se refieren a una guerra -war- sin precedentes. Cabe preguntarnos, en consecuencia, ¿si no es el coronavirus, quizá, esta estrategia de guerra?