Todos coincidimos en que criticar es un deporte nacional. Algunas veces se hace con razones valederas, pero otras, simplemente se critica por osar de viscerales o de eruditos sobre lo que sea.
En Medellín, criticar al alcalde Federico Gutiérrez se está convirtiendo en un entretenimiento permanente. ¿Motivo? Sencillo: suena divertido decir que es un alcalde que se dedica más a Twitter y Facebook que a solucionar problemas.
Hace poco fui testigo de una reunión social donde lo mejor que sabían hacer sus asistentes era criticar. Cuando hablaron del alcalde, y como si fueran estadistas con whisky en mano, lo calificaron de folclórico y lapidariamente de Youtuber. Estoy seguro que los asistentes a esa reunión son de los que piensan que el puente de...