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7 y 9
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Por Juan Carlos Álvarez Vásquez* - redaccion@elcolombiano.com.co
El niño que no sea abrazado
por su tribu, cuando sea adulto,
quemará la aldea
para poder sentir su calor.
Proverbio africano
Que los líderes que conforman el G7 realicen acciones claras para la eliminación de las violencias sexuales infantiles en el mundo, delito que aqueja a niños y niñas de todo el planeta, es la solicitud que en junio pasado, con el Brave Movement, llevamos a Biden, Johnson, Kishida, Macron, Draghi, Trudeau y Olaf Scholz hasta el estado de Baviera en Alemania, lugar de reunión de su cumbre número 48.
Darle prioridad a la prevención de este tipo de violencias puede que no sea visto como algo tan urgente, mediático o relevante como el calentamiento global o Putin y la guerra de Ucrania, pero, sin duda, tiene consecuencias con un impacto social tan negativo como los otros, lo cual requiere de acciones concretas e inmediatas.
Para prevenir todo tipo de violencias sexuales infantiles es indispensable involucrar a cuantas personas sean necesarias: niños, niñas, adolescentes, padres de familia, cuidadores, familiares, vecinos, personas de a pie, directivos de instituciones educativas, funcionarios, gerentes de empresas privadas y dirigentes municipales, departamentales y de todas las naciones, como lo hicimos con el G7.
Estamos llamados a hablar de signos, síntomas, sus graves consecuencias, rutas y protocolos con la sociedad entera y con ella generar conciencia de la necesidad permanente de lograr prevenir, reparar y hacer justicia de cada caso de violencia sexual; en Colombia, según Medicina Legal, se reportan 48 casos a diario.
El Brave Movement o Movimiento Valiente, constituido para poner fin a la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, es un colectivo global liderado por sobrevivientes de este delito y organizaciones de todo el mundo, entre las cuales, como parte de nuestra apuesta misional, se encuentra la Corporación de Amor al Niño (Cariño), que nació luego de haber identificado esta necesidad en la niñez de Medellín a principios de este siglo.
Con satisfacción podemos afirmar que el resultado de nuestra acción con el Brave Movement en Alemania fue que el mensaje se escuchó, llegó a quienes queríamos que llegara, a los líderes de las más fuertes potencias. Ellos lo incluyeron en su agenda y por primera vez en su declaración final, luego de días de discutir los temas más importantes que aquejan el planeta, como un gran primer paso quedó plasmada su responsabilidad:
“Nos comprometemos a intensificar nuestra lucha contra la trata de seres humanos y nuestros esfuerzos para prevenir y combatir el abuso y la explotación sexual infantil a nivel mundial, tanto en línea como fuera de línea...”
Sabemos que las palabras no son suficientes y tendremos como tarea siempre seguir vigilantes para que se den acciones reales que permitan materializar lo prometido pero este, sin duda, es un paso gigante en la protección de nuestra niñez .n
* Director de la Corporación de Amor al Niño (Cariño).
