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El jardín de Epicuro

17 de mayo de 2022
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José Rafel ArangoCertified Sommelier CMSJurado Concurso Mundial de BruselasInstagram: @joserafaelarango

La uva que regresó de la muerte

El Carménère fue una de las cepas más ampliamente cultivadas a principios del siglo XIX en las regiones de Médoc y Graves en Burdeos, la actual meca del vino mundial. Esta antigua variedad pertenece a la familia de los Cabernet, con un antiguo linaje que se remonta a la romana Biturica, descrita por el naturalista romano Plinio el Viejo, sus estudios genéticos han colegido que su ascendiente viene del cruce del cabernet franc y el gros cabernet. Hermana de la cabernet sauvignon y emparentada con la variedad merlot y otras célebres uvas de Burdeos, su destino era la grandeza, pero una terrible plaga, venida de América, acaecida en 1860, produce el desastre, los viñedos franceses fueron atacados por la Phylloxera Vastratix, un pulgón de origen americano que en su etapa larvar devora las raíces de las parras. Esta plaga, devastadora (vastratix en latín quiere decir devastador) extinguió la variedad carménère de todas las viñas francesas, y del panorama europeo en general.

No obstante, el 24 de noviembre de 1994 se dio un milagro singular, los enólogos Álvaro Espinoza y Philippo Pszczolkowski se reunieron con el ampelógrafo francés Jean Michel Boursiquot para ver un cierto viñedo de merlot, perteneciente a la viña Carmen de Chile, una vez allí debían aclarar las características de este raro y atípico merlot. Mientras el singular trío recorría el viñedo, ubicado en Alto Jahuel, Boursiquot aseguró impávido que lo allí plantado no era merlot, sino la bordelesa y extinta carménère.

Resultaba que esa variedad había desaparecido del territorio francés, luego de la nefasta Phylloxera Vastratix y que azoló el viñedo bordelés en la segunda mitad del siglo XIX. Afortunadamente, el enólogo francés Claudio Gay había traído a territorio chileno, 40.000 vides de 70 variedades diferentes, procedentes de territorio europeo en la década de 1840-1850, dentro de esta importación se encontraba la carménère, que con el paso de los años fue confundida con su pariente merlot.

Hoy, la mayor concentración territorial dedicada al cultivo de esta cepa se encuentra en el Valle de Colchagua. El carménère se distingue por un color rojo profundo, aroma donde encontramos notas de frutas rojas, berries, especias y paprika.

Sus taninos son más amigables y suaves que los de su hermana la cabernet sauvignon. Sus notas vegetales lo hacen diferente a un merlot. Es un vino de cuerpo medio, fácil de beber.

En esta entrega les presentamos uno de los mejores carménère de Chile el Pewën de la casa Santa Rita, viene del valle sagrado de Apalta, quizás la mejor zona para el cultivo de esta variedad en territorio austral de parras de mas de 84 años.

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