Como si fuera un antiguo emperador romano y no el presidente de una nación que se precia de ser el bastión de la democracia en el mundo, Donald Trump firmó esta semana una orden ejecutiva para construir un muro en la frontera de más de 3 mil kilómetros que separa a Estados Unidos de México.
Trump amenazó con obligar a los mexicanos a pagar la obra con el cobro de un impuesto del 20 por ciento a todos los productos de ese país que ingresen al mercado estadounidense.
Según la orden, el objetivo del muro es “evitar el ingreso de inmigrantes ilegales, drogas y criminales” provenientes de México. Por la zona fronteriza entre los dos países cruzan a diario un millón de personas y unos 400 mil carros. Allí se asienta uno de los mercados más grandes del...