El contexto de la economía mundial está cambiando a una velocidad sideral.
Es un hecho cierto que los primeros que se adapten a los cambios serán los que sacarán el mayor provecho en un mundo que no solo no ha dejado de ser interdependiente, sino uno en el que, además, se están fraguando, también aceleradamente, nuevas alianzas.
China será de los primeros en colocarse en la fila de quienes aspiran a liderar los reacomodos que están por surgir y tomar la batuta de los cambios y de las oportunidades que ofrecerá una Europa sin Inglaterra, una Latinoamérica que ya no mirará ávidamente hacia el norte como su tabla de salvación y que se fortalecerá con nuevas alianzas internas, del aislamiento que los Estados Unidos está preconizando equivocadamente...