El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que una vez tome posesión de su cargo trasladará la embajada en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén. Lo hace para cumplir con una promesa de campaña, pero también como una manera de acercarse al gobierno de extrema derecha de Benjamín Netanyahu.
El cambio de sede es toda una declaración de intenciones. El estatus de Jerusalén se mantiene como un punto clave en las negociaciones, ahora congeladas, entre Israel y Palestina y buena parte de la comunidad internacional insiste en que no se deben tomar decisiones sobre la ciudad que no sean el resultado de acuerdos entre las partes. Nada podría decirse sobre el histórico lugar sin que antes exista un diálogo.
Todo cambió con el paso dado por Donald...