Síguenos en:
Julián Posada
Columnista

Julián Posada

Publicado

Elegía

Por JULIÁN POSADA

primiziasuper@hotmail.com

Dijo este periódico en abril de 2018, “en los primeros 75 días del 2018 en Medellín se presentaron 1.932 denuncias por atraco, raponazo, cosquilleo y robo de celulares, según los registros de Fiscalía. Eso quiere decir que cada hora por lo menos una persona fue atracada en las calles de la ciudad. En ese mismo período de tiempo se robaron 1.153 celulares; o sea, unos 15 equipos por día.” y según el diario El Tiempo, en los primeros siete meses del año pasado hubo casi 18.000 hurtos. Más allá del robo, se extiende inefable la sombra de la parca que crece sin pausa, hasta ayer eran 70 los que nos ha arrebatado. El dolor no cesa, crece.

Déjame llorar hasta que ya no quede nada, hasta que la última de las sales del caudal haya sido derramada. ¿A qué conducen tanta rabia, envidia y ambición?, ¿para qué y por qué tanto odio y deseo de incendiarlo todo?, esta ciudad de la furia, desprecia a sus hijos y los elimina al paso, no hay corazón que responda tantas preguntas, no hay poesía que soporte y en la que se apoye tanto dolor, desencuentros y desapariciones tempranas más allá de una estadística que crece como la marea, son los síntomas de almas y cuerpos descompuestos, ¿valores? quizás los de la bolsa; duelen tantas madres que siguen llorando unos hijos que envían a la calle, campo de batalla sin cuartel. Caminar significa de nuevo la posibilidad de encontrarse con la muerte, salir significa otra vez enfrentarse con el verbo que elimina sin piedad, es asumir la incertidumbre del regreso; la debacle se repite, la noche asusta, la oscuridad acecha. Se agradecen las historias de tantos seres que crean, de las luces que se oponen a tanta oscuridad, de la estética que ilustra, amplía y desafía tanta incertidumbre, algo de esperanza nos dan las otras caras de este poliedro que llamamos ciudad.

Apatía, melancolía y derrota son los sentimientos de estos corazones que palpitan con arritmia, amarte duele, recorrerte tala el alma, ¿qué te hicimos, qué nos hicimos, de que estamos hechos?... ¿Adónde se fueron los sueños?, si es que acaso aún soñamos, no hay un único dolor, no hay una historia única ... hay tantas cicatrices sin sanar; dueles y dueles porque hay amores que construyen su vínculo devorándose, ¿dónde ocultas tu bondad?... evoco un fragmento de la Elegía de Miguel Hernández y pienso que algo del dolor cabe ahí.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas