Antes de que salgan los aguafiestas a decir que el Día de la Madre debería ser todos los días, dejo constancia de lo que pienso al respecto: ¡Ni riesgos! Eso no lo podemos permitir.
El respeto y el reconocimiento sí son bienvenidos a diario, pero las mamás nos merecemos, por lo menos un día, que nos colmen de atenciones, mimos, festejos y regalos. Y las razones son suficientemente conocidas, pero por si acaso a algunos se les hubieran vuelto paisaje, con gusto se las recuerdo:
Las mamás venimos en todos los empaques, para todos los gustos y de todos los colores. Podemos ser cansonas, intensas, cantaletosas o mimosas. Y seamos tiernas, descuidadas, hacendosas o una frecuente combinación de todo eso, a la gran mayoría nos cobija una característica...