Envidio a la gente que tiene una rutina para cuando se siente perdida. Esas personas que tienen un lugar favorito para caminar, visitar o una rutina que les permite entregarse a pensar o mejor aún a no pensar. Mucha gente tiene un espacio que es como un oráculo al que acuden cuando sienten que se han quedado sin respuestas. Yo me siento así muchas veces. Como si frente a la puerta de mi casa comenzara un lago y mi vida estuviera en la otra orilla. Sin saber nadar, sin remos, ¿cómo vas a llegar? En esos momentos incluso llego a sentirlo físicamente. Me oprime el pecho. Me cuesta respirar. Me da pánico. Me paralizo.
Las redes sociales no ayudan. Si entras a Facebook, a Instagram, vas a encontrar la maravillosa vida sin sobresaltos de todo el mundo....