En el primer semestre de 2018 la tasa de homicidios creció un 7 %. Después de tres quinquenios de reducciones sistemáticas, hasta alcanzar el año pasado la más baja en cuatro décadas, la tendencia se revierte. En el 2017, la tasa cayó un 4.9 %, para situarse en 23,9 homicidios por cien mil habitantes, la menor desde 1975, año en el cual, por cuenta de la bonanza marimbera, empezaron a dispararse los homicidios.
Ahora ocurre lo mismo. La violencia homicida está ligada, en lo sustantivo, al narcotráfico. Si en regiones como Boyacá la tasa cae a 6 homicidios por cien mil, en otros departamentos, con crecimiento de narcocultivos y disputa por el control de actividades ilegales, empezó a aumentar: el suroccidente (Chocó, Cauca, Nariño, Valle), más...