En la vida hay un refrán poderoso que aplicará por los siglos de los siglos: “Al pan, pan y al vino, vino”. Desde chiquitos nos enseñaron que decir mentiras es malo y crecimos con los cuentos del Pastorcito Mentiroso y de Pinocho como señales inequívocas de que decir lo que no es trae consecuencias, no las mejores, por demás.
La semana pasada, en su correría mediática, el presidente Juan Manuel Santos les pidió a los medios de comunicación que empiecen a “desescalar” el lenguaje con las Farc, dejando de llamar a sus miembros “bandidos o terroristas”. ¿Cuál será, entonces, el origen de semejante adefesio de solicitud santista? ¿Será un favor que le están haciendo a los ofendidos jefes guerrilleros?
La solicitud de Santos lo lleva a uno a imaginar...