Hace varios días vengo hablando de Juanpa –como le gusta que le digamos– y la situación caótica como dejó al país. Hoy quiero comentar un tema sobre el que este funesto mandatario nada tuvo que ver. Las ciudades necesitan una buena señalización y nomenclatura para que la gente se pueda orientar y más los turistas que nos visitan, de los que nos sentimos orgullosos que lo hagan para mostrar el cambio positivo que se ha dado en Medellín.
Por razón de mi desocupación, he tratado de hacer varios mandados, como decimos en Antioquia, para matar el tiempo y para servirles a los demás, pero me he encontrado con la dificultad de dar con las direcciones por la falta de numeración en todas las puertas de las viviendas, de los negocios, de los garajes, de los edificios y de las mismas vías.
La numeración es esencial: con ella el turista, el habitante de la ciudad y todos los demás ciudadanos, nos podemos dirigir a cualquier lugar sin equivocarnos, pero cuando no se encuentra la manera de saber por qué calle se va, o cuál se ha cruzado, estamos dando palos de ciego. En cualquier ciudad del mundo se muestra preocupación por este tema y se busca la manera de facilitar las cosas. Aquí, cada vez, se complica más.
Dirán que para eso se inventó el Waze y es cierto, pero cuando ese aparatico le dice “ha llegado a su destino” y uno mira el destino al que ha llegado, se encuentra con varias puertas al frente, no tienen número y tiene que adivinar cuál de tantas es el destino que le ha dicho el aparatejo.
Lo mejor, sería obligar a que todos los propietarios cumplan con el compromiso de identificar con números visibles todas las puertas de su propiedad o propiedades.
Lo mismo podríamos decir de las vías, todas deben estar claramente identificadas en los cruces, además de unificar las palabras. Como ejemplo de lo último, podemos poner lo que ocurre en las transversales de El Poblado. En unas dice “Tv superior” o “Trans. Superior” o “Transversal Superior”. Unificar con cualquiera menos con Tv, televisión superior. Lo mejor sería toda la señalización con los respectivos números de las calles y, si se quiere conservar el nombre tradicional, ponerlo en letras más pequeñas debajo del número.
Ya que hablamos de ciudad, sería bueno que las calles y carreras que hacen cuadrícula y que son estrechas como en casi todos los barrios de Medellín, se alternaran en un solo sentido de circulación. Así se evitaría lo que ahora ocurre: se estacionan en los dos lados e impiden que los vehículos puedan transitar.
Cosas sencillas pero viables y se solucionarían muchas dificultades con el tráfico caótico que se presenta.
A mis contradictores los dejo descansar del tema de Juanpa –como le gusta que le digamos– que tantos males le hizo al país en los más funestos ocho años de la Patria.