Los últimos resultados electorales en Colombia y en Estados Unidos han puesto de manifiesto el poderío de los pastores evangélicos, a los que se atribuye buena parte del éxito del «no» en el referéndum ignorado y en el triunfo de Donald Trump. Me cuesta mucho creer que los evangélicos voten en bloque puesto que, a menos que esté yo equivocado, los católicos elegimos a quien nos da la gana, al igual que los anglicanos y, supongo, las demás confesiones cristianas. Sin embargo, los datos demoscópicos aseguran que el 81 % de los evangélicos apoyó a Trump en las urnas y que muchos de ellos eran de origen hispano. Se atribuye además la «derechización» del continente americano al auge del revivir evangélico, lo que da por sentado que todos los evangélicos...