De las cosas peores en la administración pública es la falta de continuidad. Obras inconclusas o elefantes blancos como suelen llamarse, porque llega un nuevo funcionario y quiere dejar su huella y que se olviden las de su antecesor. Como consecuencia, las obras sin terminar se dejan así o se abandonan las ya terminadas que hasta ese momento funcionaban bien. Lamentablemente Medellín no es la excepción.
Tuvimos carros tapahuecos, no como el que importó Petro en Bogotá que sólo ha servido para tomarse una foto y abandonarlo como está. Son las volquetas normales del municipio, que se cargan con asfalto y se llevan unas herramientas como taladro, bomba para regar asfalto líquido y una pequeña compactadora. Se marca carro tapahuecos y número del teléfono. La gente llamaba y la ciudad quedaba sin huecos en sus calles. En Medellín había, pero lo abandonaron.
Si hay algo que interfiere en las calles para el paso de vehículos y peatones son los venteros callejeros. Ellos quieren trabajar y lo único que encuentran es esa labor que la prefieren a delinquir. Hay que ayudarles. La solución, que ya se ensayó, es la de brindarles unos pequeños locales, en vías de transporte público, no permitir venteros en su cercanía y llevarlos a ese pequeño centro comercial popular. En Medellín funcionó bien, como funciona en Lima y en Roma. Aquí los acabaron y la ciudad se llenó de venteros.
La señalización de las calles y la numeración de todas las puertas de los locales comerciales, edificios, residencias y en general todas las puertas que dan a la calle, es algo esencial para una orientación fácil para los turistas y para quienes no conocen la ciudad. En Medellín ya no se obliga a poner esas placas tan importantes para facilidad de la gente. La señalización de las calles es engañosa, desorientadora. Pongo dos o tres ejemplos: Se sube por la carretera a Las Palmas, se encuentra un pasacalle que señala “Calle 10” y una flecha a la derecha, se llega a la siguiente calle y dice una valla “Calle 9”. El turista o quien no conoce la ciudad o nuestra imbecilidad, sigue derecho. Resulta que esa calle es la llamada “Cola del Zorro”, más adelante se convierte en calle diez. La señalización en las ciudades se hace para quien no la conoce.
Las calles deben estar numeradas en todas las esquinas, pero en Medellín se llega a un cruce y una placa dice Vía Arteria. No se sabe cuál es el número de esa vía.
En las calles estrechas se permite parquear en ambos lados. Se encuentran dos carros de frente y nada se puede hacer porque no caben. Las vías en esas manzanas cuadriculadas deben ser en un solo sentido o no permitir el parqueo a ambos lados.
Los postes y muros de Medellín están llenos de afiches y letreros publicitarios. La solución sencilla y eficiente, además de ya ensayada, es recorrer las calles, papel en mano y anotar dirección y cantidad de afiches. Cobrar el impuesto de publicidad en el espacio público, pasar la factura y nunca más pegarán afiche o ensuciarán los muros con publicidad.
Todo eso está ensayado y con buenos resultados. Cosas sencillas.