Es lógico y a partir de cierto momento natural que al interior de las organizaciones empresariales se debata sobre qué tipos de innovación desarrollar, cuándo prototipar, cómo testear en el mercado sin perder reputación, o en qué momento escalar, etc., pero, sin lugar a dudas, una de las discusiones más importantes y complejas se da en torno a si se aborda la ruta de desarrollar un portafolio de innovaciones incrementales o radicales. La verdad, la mayoría de las empresas, por no decir el 100 % toma el camino de la innovación incremental que es más sencilla, el riesgo es menor, el time to market está más cercano y, de manera general, las inversiones no son tan costosas, contrario a lo que ocurre con la innovación radical.
Hace algún tiempo la...