Esta columna va dirigida a esas hermosas jóvenes que creen que su juventud y su belleza las hacen inmunes a cualquier riesgo, aun el de ser asesinadas. A quienes creen que ser la querida de un narco es ganarse la lotería, llenarse de dinero, viajes y lujos. Que conquistar un mafioso es “lo máximo”. Que jamás serán descartadas sin contemplación.
Ojo, abran bien los ojos, tener amores con narcos, mafiosos o sicarios es como meterse en la boca del lobo. Terminarán masticadas y escupidas como carne de segunda. Miren lo que les ha pasado a otras, tan lindas, jóvenes y ambiciosas como ustedes. ¿Cuántas han sido asesinadas, desfiguradas, o están en la cárcel?
En Cali cada nada aparece el cuerpo de una modelo, abandonado con señales de tortura. El último...